“Vivos se los llevaron, Vivos los queremos”, es el grito que retumba en el mundo entero desde la Escuela Normal de Ayotzinapa hasta los cuatro vientos. El eco de estas palabras vibra en las cuerdas vocales de todos los pueblos del mundo.
“Vivos nos llevaron”, retumbó en China desde fosas clandestinas por todo México, aún cuando el Presidente Peña Nieto huye para no escuchar el clamor de miles de desaparecidos desde sus fosas clandestinas.
“Vivos nos llevaron, y vivos nos quedamos”, claman los sin rostros encabezados por el estudiante Julio César Mondragón, desde un cuerpo sin cara, sin ojos, vilmente arrojado a media calle para aterrorizar a los muertos en vida.
“Vivos nos llevaron, vivos nos quedamos”, ante los políticos muertos en vida, los soldados muertos en vida, los policías muertos en vida, los presidentes municipales muertos en vida, los gobernadores muertos en vida; todos ambulando por caminos solitarios, pueblos drogados, ciudades sofocadas por el miedo pegado a la piel moribunda donde no habita ni alma, ni corazón, desde la llegada de aquellos que traían la muerte como arma de conquista.
A los que escuchen en televisión, en radio, en internet, que estamos muertos no les crean. Son mentiras. Vivimos en los que protestan en los consulados de Phoenix, España Italia, y el mundo entero. Allí estamos, en el fuego ardiente del Zócalo. Allí estamos, en las almas de los que protestan pacíficamente. Allí estamos, en los rostros cubiertos con paliacates quemando edificios. Allí estamos, en los periodistas honestos reportando la noticia que estamos vivos. Allí estamos.
Se matan los cuerpos pero no las almas. Se mueren los cobardes pero no los valientes. Fallecen los miedosos pero no los rebeldes.
A los hombres y mujeres como nosotros no nos hacen nada las balas, ni nos desaparecen las llamas. Al contrario, se siembran sueños entre las llamas y las cenizas para cosechar justicia.
Muchos no lo saben todavía, pero al desaparecernos despertaron las almas hipnotizadas con la mentira, dormidas en el consumismo, y petrificadas por el miedo.
México ya no es el mismo desde Ayotzinapa. Ahora caerán uno a uno esos que traen la muerte como arma de miedo. Ya no tenemos miedo, nuestros padres no tienen miedo, nuestros hijos no tienen miedo, nuestros nietos ni lo conocen. Somos descendientes de Cuauhtémoc e igual que él decimos: “No estamos en un lecho de rosas”. Pero somos invencibles y amamos a nuestro pueblo sin patrones y sin amos.
Lo invitamos este 20 de noviembre, Día de Conmemorar la memoria de aquellos que vivieron en la Revolución Mexicana, a llevarle un mensaje en clave al congresista Matt Salmon. “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”. El fue personalmente a ofrecer más armas y más entrenamiento al gobierno de Peña Nieto para amedrentar a nuestro pueblo.
El mensaje en clave es “el miedo no anda en burro”, y ahora los que corren no son los desaparecidos sino los narco políticos al servicio corporativo que no encuentran ni dónde esconderse. Para ms información sobre la acción el 20 de Noviembre llame al 602 524 7067. “¡Vivos se los llevaron, Vivos los queremos!”.