Susana Ibarra Johnson, originaria de México, D.F., es parte del equipo de enlaces comunitarios de First Things First (FTF). Se dedica a concientizar al público sobre la importancia del desarrollo infantil y la educación temprana.
Los festejos y las tradiciones son una excelente oportunidad para que los niños aprendan. Cuando permitimos que se involucren en las actividades estamos ayudando a nuestros hijos a desarrollar ciertas habilidades que son importantes para el éxito en la escuela y en la vida. Pero no se deje sorprender si después de toda la alegría de las fiestas decembrinas observa algunos cambios inadvertidos en el comportamiento de sus hijos.
La participación en servicios religiosos, reuniones familiares, ceremonias culturales o eventos de caridad, ofrecen una infinidad de oportunidades para desarrollar habilidades como la comunicación, autocontrol, autoestima y la valoración de las necesidades y sentimientos de otros. Tradiciones como cocinar, decorar y cantar también ayudan a incrementar el vocabulario y habilidades académicas como contar, medir, seleccionar e identificar letras o formas.
Con toda esta actividad, los pequeños pueden experimentar diferentes emociones incluyendo: la emoción de actividades o eventos especiales; alegría (o desilusión) en relación a regalos; ansiedad de estar en situaciones y con tanta familia que realmente no conocemos; confusión con todos los cambios de rutina (incluida la falta de sueño); y el sentimiento de melancolía o desencanto cuando todo esto termina.
Es recomendable que los padres de familia estén atentos a las señales que dan sus hijos después de las fiestas; señales y cambios en la rutina de dormir, alimentación, falta de entusiasmo, irritable y agitado.
First Things First comparte algunas ideas – provenientes de varios sitios de internet- que los padres de familia pueden usar para ayudar a sus hijos a manejar estas dificultades:
Mantenga rutinas: En lo posible conserve la rutina matutina, siestas, horario para dormir y comidas. Esto brinda un sentido de seguridad y confianza a los niños.
Permita que los niños actúen como niños. No importa el tipo de actividad, procure verlo desde el punto de vista de su niño. Asegúrese que ellos entienden lo que va a pasar y lo que se espera de ellos. No olvide traer cosas para que ellos puedan jugar y entretenerse solos.
Esté disponible. Haga tiempo para interactuar uno a uno con su hijo – lean juntos, jueguen con los juguetes nuevos, hagan manualidades, ejercicio o voluntariado. Estas son algunas formas en las que su hijo se sentirá más cercano a usted a pesar de la gran agitación de la temporada.
Mire hacia atrás – y hacia adelante. Cuando reviven las memorias pasadas o identifican momentos emocionantes que sucederán en los próximos meses –como cumpleaños, viajes familiares, etc.- está ayudando a su hijo a poner en contexto los días festivos.
También los adultos se pueden sentir agobiados por la cantidad de actividades y festejos. Al tomar un momento para checar a los niños (y darnos un minuto a nosotros mismos), podremos prevenir la melancolía de los festejos y crear un fin de año maravilloso para todos.
Para mayores informes sobre la importancia de los primeros cinco años de la vida de un niño visítenos en: www.azftf.gov