Jorge Daniel Camarena coordinó la publicación del Washington Post en México y ha sido coeditor de política. Se ha especializado en la agenda binacional entre México y Estados Unidos.
El pasado martes 1 de diciembre se cumplieron tres años de la administración del actual presidente de México Enrique Peña Nieto, y si bien ha sido una mitad de sexenio de claroscuros (más oscuros que claros), una cosa es verdad. Hubo un evento que fue el parteaguas: la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Dicha tragedia no sólo cambió la imagen del presidente Peña Nieto y su gobierno, al pasar de un líder reformista a la cabeza de un estado putrefacto en corrupción y coludido con el crimen organizado.
Si había arrancado con el impulso del Pacto por México –un acuerdo político que involucraba la adhesión de los partidos de oposición (PAN y PRD, entonces dirigidos por Gustavo Madero Muñoz y Jesús Zambrano Grijalva) a las reformas propuestas por el de Atlacomulco– hoy, tres años después y en una era post Ayotzinapa, Peña Nieto tiene por delante un camino pedregoso garantizado por los mismos partidos que lo arroparon en la firma del pacto.
Para los nuevos líderes de los partidos que apoyaron entonces a Peña Nieto, su labor hasta el momento ha distado de ser satisfactoria.
Ricardo Anaya, presidente nacional del PAN opinó que la inmensa mayoría de los mexicanos está profundamente decepcionada y desilusionada de los mediocres resultados del gobierno federal priista.
Aseguró que en tres años de administración priísta, los resultados que prometió el partido que durante 70 años gobernó México no se cumplieron. Por el contrario, la economía está estancada, el precio del dólar ha alcanzado máximos históricos, las reservas petrolíferas cayeron, y el año pasado se perdieron más empleos de los que se generaron. Asimismo, sentenció el joven líder albiazul, la violencia en el país no ha cesado.
Curiosamente, Anaya omitió mencionar la rampante corrupción que domina el aparato burocrático de los tres niveles de gobierno mexicano.
Para el presidente nacional del PRD, Agustín Basave, el gobierno de Peña Nieto ha sido en su primera mitad “malo, corrupto e inepto”.
“Creo que es un gobierno corrupto e inepto, que llegaron al poder con la idea de que ellos eran corruptos como todos pero eficaces como nadie y la corrupción la demostraron con creces pero la eficacia no se ve por ningún lado, no sacan un perro de una milpa”, manifestó de gira por Tlaxcala.
Se viene una segunda mitad que, ya sabemos, está precedida por complicaciones para Peña Nieto. Lo interesante será ver si aún puede mantener a flote su credibilidad y la de su partido rumbo a un par de años con elecciones en los estados, y la elección para sucederlo en el 2018.
Encore
El día de ayer, en la Ciudad de México se llevó a cabo el ejercicio democrático de la Consulta Ciudadana sobre el sí o no al proyecto del Corredor Cultural Chapultepec concluyó con una contundente oposición de los ciudadanos.
Dicho proyecto, impulsado por a Agencia de Promoción, Inversión y Desarrollo para la Ciudad de México (ProCDMX), que dirige Simón Levy, había generado inconformidad por parte de los vecinos, debido a la naturaleza poco cultural y mucho comercial del proyecto.
Tras la apabullante derrota del “sí” al #CorredorChapultepec, los vecinos afirmaron que ahora buscarán la destitución del director de la paraestatal, Levy Dabbah. ¡Sopas!