Podríamos pasarnos días enumerando las diversas maneras en las que la llegada de Zack Greinke hace mejor a los Diamondbacks. Comencemos entonces por lo obvio: El diestro es un auténtico as y justo lo que la franquicia necesita.
Aunque Arizona ha conseguido a uno de los dos abridores más cotizados en el mercado de agentes libres al firmar a Greinke, el equipo sigue en busca de pitcheo. El diestro Mike Leake luce ser una posibilidad.
De agregar a otro abridor, los D-backs podrían convertirse en favoritos en el Oeste de la Liga Nacional, a la par de los Dodgers y los Gigantes.
Al firmar a Greinke por seis años y US$206.5 millones – un récord – los Diamondbacks han dejado en claro que pretenden ganar ahora mismo. Nada de reconstrucción.
Para un equipo que cuenta con muchos brazos de calidad, Greinke representa una gran adición, en parte porque Patrick Corbin y el dominicano Rubby de la Rosa ahora tienen un mentor y Archie Bradley y Branden Shipley tienen el lujo de desarrollarse a su propio paso.
Los D-backs están bien cerca. En el 2015, terminaron en el segundo lugar en la Liga Nacional en carreras anotadas. Cuentan con un primera base de lujo – Paul Goldschmidt – y una estrella naciente en el jardín central, A.J. Pollock.
En el 2015, los D-backs jugaron con tenacidad y profesionalismo y recibieron halagos efusivos de parte del máximo ejecutivo de béisbol del club, Tony La Russa. El equipo de Arizona usó un total de 50 jugadores en el camino y concluyeron la temporada con la escuadra más joven en Grandes Ligas.
La meta de los D-backs este invierno era conseguir un brazo de lujo para el frente de la rotación. Dado la profundidad que tienen en cuanto a los jugadores de posición se refiere, parecían estar en posición de adquirir a un pitcher como Sonny Gray o Shelby Miller mediante un canje.
Firmar a Greinke, cuyos pretendientes incluían pesos pesados como los Dodgers y los Gigantes, le envía un mensaje, no solo a la fanaticada del club, sino también a Goldschimdt y Pollock y cada jugador e instructor en el clubhouse.
Cuando los propietarios de un equipo hacen una inversión como la que acaban de hacer los D-backs, demuestra que están decididos a ganar. Este va a ser un equipo interesante, divertido y competitivo en el 2016.
La actuación de Greinke en el 2015 se encuentra entre las mejores de un pitcher en la historia. Su promedio de carreras limpias de 1.66 fue la mejor en Grandes Ligas en 20 años y cedió menos de dos carreras en 21 de sus 32 aperturas.
Desde el 2008, Greinke ha promediado 205 innings de labor, 195 ponches y promedio de carreras limpias de 2.99 al año. El diestro tiene 32 años de edad y aunque su velocidad ha disminuido levemente en las últimas temporadas, sus pitcheos secundarios son tan buenos y su régimen de acondicionamiento tan meticuloso que es posible que lance a un nivel bien alto por mucho tiempo.
Pasemos al tema del contrato. Sí, es de seis años y Greinke tendrá más de 38 años de edad cuando se venza. Proyectar que lanzará de la misma manera por tantos años no sería realista.
Por otro lado, es importante ver el panorama completo. Para los D-backs, se trata de volverse a establecer como equipo contendiente. Han manejado su nómina con inteligencia con el fin de estar listos cuando se presentara la oportunidad de agregar a un jugador impacto.
Además, se trata de ganar ahora mismo. Si Arizona vuelve a la postemporada en los próximos años, el impacto de Greinke se sentirá en las ganancias, el valor de la franquicia, etc. En otras palabras, su contrato habrá cumplido con su propósito.