Columna invitada
Por Paul Mulligan, director ejecutivo de Catholic Charities
La semana pasada, después de aguantar el abuso físico, una mujer y sus hijos escaparon de su agresor y llegaron a My Sisters’ Place, un refugio de Catholic Charities para víctimas de violencia doméstica.
Pero el alivio que sintió acabó repentinamente después de que su agresor encontró en donde ella se alojaba y amenazó su vida.
Él la había localizado por medio de la función de rastreo en su teléfono inteligente. El refugio la protegió, pero la mujer y sus hijos no se sentían tan a salvo.
Historias como esta son bastante muy comunes estos días. A las víctimas se les está dificultando cada vez más el salir de un ambiente abusivo por temor a ser encontradas o de empeorar la violencia.
Con la noticia del trágico incidente en Tempe Town Lake el domingo, 18 de octubre — cuando un hombre de 27 años condujo un coche en Tempe Town Lake matándose a sí mismo, su esposa y tres hijos — es aún más evidente que las víctimas necesitan salir de una situación de abuso antes de que sea demasiado tarde. Irónicamente, octubre fue el mes de Concientización Sobre Violencia Doméstica.
En honor de quienes han perdido la vida debido a abuso doméstico, le insto a ser más conscientes de este problema social.
Una de cada cuatro mujeres y uno de cada siete hombres experimentarán violencia doméstica en su vida. Lo más probable es que usted conozca a alguien que se ve afectado. Involúcrese.
No volteé la mirada cuando alguien está siendo abusado. Por medio de nuestro silencio estamos dando permiso para que la violencia continúe. Nuestro silencio les dice a los abusadores que su conducta es tolerable.
Obtener ayuda es crucial para las víctimas, ya sea de asesoramiento o dejando el ambiente abusivo para siempre.
Lo más importante, cualquier elección que haga la víctima debe planificarse cuidadosamente para evitar reacciones graves.
Las víctimas deben hablar con un amigo de confianza o consejero para discutir la situación y obtener ayuda inmediatamente.
Yo los invito a que hagan una diferencia en nuestra comunidad y que participen como voluntarios, donen o aboguen. La próxima vez que vea una disputa abusiva, rompa el silencio y ofrezca apoyo a la víctima. Se nos ha enseñado a permanecer fuera de los asuntos de otras personas, pero la violencia doméstica es asunto de todos.
Al hacer esto usted podría salvar una vida.