En vísperas de la celebración del Día de Acción de Gracias el presidente Barack Obama giró una orden ejecutiva para suspender temporalmente las deportaciones de cinco millones de indocumentados, además de otorgarles un permiso de trabajo también con carácter temporal.
La medida propone que los beneficiados salgan de las sombras, se registren para ser investigados y de ser elegibles, puedan trabajar, mantener a sus familias y pagar impuestos por los próximos tres años.
Las reacciones no se hicieron esperar.
Por un lado el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, atacó la decisión de Obama y dijo que con esta acción unilateral demuestra una vez más su negativa a escuchar al pueblo estadounidense, que su legado ha sido cimentado en la anarquía y que ha dilapidado la poca credibilidad que le quedaba.
Los demócratas, por su parte, han actuado con cautela tratando de apoyar a su mandatario aunque algunos han comentado que esperaban algo más “sustancioso” y permanente.
Las opiniones de la sociedad en general están divididas y las emociones positivas y negativas nos tienen a todos sumergidos en un debate que parece no tener fin.
La verdad, en mi muy particular punto de vista, la acción ejecutiva del presidente Barack Obama es el resultado de las inacciones de los partidos Republicano y Demócrata y no soluciona en forma alguna el resquebrajado sistema migratorio que ha sumido a nuestra gente en las sombras y la injusticia. La suspensión temporal de deportación y un permiso temporal de trabajo no son la solución. Proporciona alivio al síntoma, pero no a la enfermedad crónica que hemos venido padeciendo por décadas.
La semana entrante el Congreso, en su mayoría Demócrata, entrará en receso para celebrar el Día de Acción de Gracias, una fecha que cuenta la historia de los inmigrantes que llegaron en el Mayflower a este país sin pasaportes ni visas y que fueron bienvenidos por los habitantes y dueños de estas tierras.
Ojalá que cuando regresen de sus vacaciones hayan pensado un poco en la historia de los forjadores y fundadores de esta gran nación y reflexionado en la necesidad imperiosa de arreglar el sistema migratorio que solamente se lograría con una reforma comprensiva.
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