Jorge Daniel Camarena coordinó la publicación del Washington Post en México y ha sido coeditor de política. Se ha especializado en la agenda binacional entre México y Estados Unidos.
La cabeza semanal de esta columna, “Peor, que no se hable de uno”, se inspira en una frase del escritor irlandés Oscar Wilde, que se traduce al español más o menos así: “La única cosa que es peor que se hable de uno, es que no se hable de uno en lo absoluto”. Tal título viene a colación debido a un hecho replicado tres veces la semana pasada en México y sus consecuencias.
En medio del pesar e indignación generalizada que existe en el país, debido a la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa y la pobre reacción institucional al respecto; la evidente infiltración del crimen organizado en la política mexicana; y el reciente escándalo sobre la millonaria casa del presidente de la república, Enrique Peña Nieto, entre tantos desatinos más, las redes sociales hirvieron con furia tras los comentarios imprudentes hechos por tres individuos distintos:
Primero, @CrunchMX, cuenta en Twitter del chocolate perteneciente a la multinacional Nestlé, publicó el pasado domingo 9 de noviembre el siguiente comentario: “A los de Ayotzinapa les dieron Crunch” (sic).
Segundo, un día antes, la sucursal Reforma de 50 Friends, una cadena de pizzerías locales, publicó a través de su cuenta en Twitter: “Simple si los ‘estudiantes’ de Ayotzinapan hubiesen sido estudiantes ejemplares seguirían con vida y estudiando. Si te portas mal te va mal” (sic).
Tercero, también el domingo 9, durante la 54 entrega de los premios Arlequín, donde Sofía Castro Rivera, hija de la primera dama de México, Angélica Rivera Hurtado, fue homenajeada como la revelación del año por su actuación en la obra de teatro “El Cartero”, una reportera le preguntó sobre el caso de Ayotzinapa, a lo que la joven respondió: “Mi amor, creo que ahorita no es momento para hablar de ese tema, (…) creo que ahorita venimos a disfrutar y a recibir mi premio”.
Sin embargo, a pesar de lo insensible que fueron dichos argumentos, el eco que generaron podría significar, hasta cierto grado, una ventaja para los emisores. De acuerdo con Oscar González, director creativo en BSG México y especialista en campañas de comunicación, la trascendencia de este tipo de acciones es muy efímera en las redes sociales.
“En el caso de Crunch no creo que les afecte puesto que las ventas son por impulso. Muchos de sus consumidores pueden ser niños o jóvenes que están alejados de la coyuntura política del país”, opinó.
“En el caso de la pizzería, ahí sí creo que pueda bajar el consumo, pero sólo por una temporada”, abundó.
“En el caso de la hija de La Gaviota –apodo por el que se le conoce a la primera dama mexicana, debido a una telenovela que protagonizó– ocurre un fenómeno muy curioso, con respecto al ranking: se vuelve boga, de manera negativa, pero al final de cuentas un trending topic”, que le representará más seguidores, concluyó.
Al tomar esto en cuenta, así como la desmemoria colectiva generada por el torrente de información masiva, que fluye de manera inmediata y constante en la Internet, no sería sorpresa que en poco tiempo los incidentes previamente citados queden en un limbo y los usuarios de las redes cambien al objeto de su enojo.
La buena noticia es que tal olvido es perfectamente saludable.