Jorge Daniel Camarena coordinó la publicación del Washington Post en México y ha sido coeditor de política. Se ha especializado en la agenda binacional entre México y Estados Unidos.
Tras una semana de la jornada electoral las aguas han comenzado a calmarse; los resultados en las contiendas de mayor envergadura, hasta el momento, son irreversibles –pese a las previsiones de que las disputas llegarían hasta el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF)– y los partidos y actores del engranaje político mexicano han comenzado a planear sus movimientos para esta naciente etapa.
El escenario, sin lugar a duda, ha cambiado.
De acuerdo con el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, el proceso electoral del 7 de junio pasado dejó un saldo positivo. Y así lo fue, si se toma en consideración que las explosiones sociales no llegaron al grado que también se preveía.
Pero para el presidente del INE, lo más destacable de esta jornada positiva fue la disminución en el voto nulo.
De acuerdo con cifras del propio INE expuestas por Córdova, este 2015, el porcentaje de mexicanos que optaron por anular su voto en lugar de usarlo efectivamente fue de 4.7%, mientras que en el 2012 fue de 4.96% y en el 2009 de 5.4%. Es decir, una reducción de .7% con respecto de la última elección intermedia.
No obstante, a pesar de la no tan significativa reducción en el voto nulo, el porcentaje de mexicanos que nulificaron su voto supera el mínimo requerido para conformar un partido político nacional, cuyo monto es de 3% de la votación, según estipulan las leyes electorales en México. Es así que el voto nulo tuvo mayor popularidad que institutos como el Partido del Trabajo y el Partido Humanista, los cuales se perfilan a perder su registro.
El análisis del consejero presidente del INE omite considerar que más allá de la pertinaz presencia de los anulistas en los procesos electorales, el de este año fue una elección que, ante los buenos resultados que obtuvieron los candidatos independientes, ha cambiado el terreno en el que se realizarán las campañas, se crearan las reglas y participarán los ciudadanos en el futuro.
La victoria de los independientes es una muestra clara de que los electores ya no confían en la estructura partidista y sus representantes. La mala noticia es que actualmente los independientes no son lo que el electorado cree que son. La gran mayoría son políticos con un largo historial dentro de la función pública. Muchos abandonaron los partidos que los albergaron durante años tras la decepción que generó en ellos la estructura burocrática que, en la mayoría de los casos, les negó puestos de elección popular dentro de sus filas, y se lanzaron en respuesta a aprovechar la apertura de las nuevas leyes electorales para logara esa candidatura que no obtuvieron.
Jaime Rodríguez El Bronco, vencedor en la contienda a gobernador en el estado de Nuevo León, militó durante 33 años en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), a través del cual logró la presidencia municipal de García, Nuevo León. Manuel Clouthier Carrilo, único diputado federal independiente de la próxima legislatuta en la Cámara de Diputados e hijo del mítico panista Maquio, fue militante del Partido Acción Nacional (PAN) instituto del que renunció en 1999, para después volverse a integrar sin afiliarse y volver a dejar en el 2012, como diputado federal. Alfonso Martínez Alcazar, el virtual alcalde de Morelia Michoacán, fue militante del PAN durante 22 años.
Ante el voto de confianza de los mexicanos, corresponde a los analistas darles el beneficio de la duda a esta nueva cepa de legisladores y funcionarios apartidistas, pero dependerá de su desempeño los próximos tres años el que la sociedad mexicana le brinde su apoyo a quienes sigan su camino.
México ya mostró estar listo para candidatos independientes. Lo ideal es que aquellos que provengan de la ciudadanía y no de un berrinche partidista.
Encore
Ayer, Margarita Zavala Gómez del Campo, esposa del ex presidente panista Felipe Calderón Hinojosa, anunció a través de un video en YouTube sus intenciones de contender por la Presidencia de la República en el 2018.
Sin ningún tipo de distintivo partidista, Zavala critica los resultados obtenidos por su partido (el PAN) y afirma que trabajará lo mismo con panistas que con “quienes han votado por otras alternativas políticas” y “quienes han dejado de creer en los partidos como un instrumento de la democracia”. ¿Acaso la ex primera dama comienza a pavimentar su camino hacia una candidatura independiente? Ya lo veremos. Entre tanto el ultimátum a la dirigencia panista ya fue expresado.