Jorge Daniel Camarena coordinó la publicación del Washington Post en México y ha sido coeditor de política. Se ha especializado en la agenda binacional entre México y Estados Unidos.
En menos de dos semanas, el próximo domingo 7 de junio, México vivirá una jornada comicial intermedia en la que, además de elegirse los 500 nuevos diputados federales que conformarán la LXIII Legislatura, estarán en juego nueve gubernaturas estatales, 600 diputaciones locales en 15 entidades y el Distrito Federal, 871 alcaldías en 15 estados, y 16 jefaturas delegacionales en la capital del país.
Más allá del simple número que representan los mil 496 puestos a elección popular, en cada estado se vivirá una contienda distinta con diferentes motivaciones y recompensas para cada partido político dentro de esta jornada electoral nacional.
Todos los escenarios son relevantes y el resultado es una preparación para “La Grande”, la elección federal del domingo 1 de julio del 2018, en la que se votará por el próximo presidente de México hasta el 2024.
Arenas Movedizas presenta su análisis punto por punto de los factores y entidades que serán parte de este ejercicio democrático.
Abstencionismo
Si bien, según cifras del Instituto Federal Electoral (IFE) –ahora Instituto Nacional Electoral (INE)– se logró un avance en cuanto al nivel de participación electoral ciudadana, al pasar de 59% en el 2006 al 63.3% en las últimas elecciones federales del 2012, el fantasma de la abstinencia, cuyo su principal combustible es un creciente hartazgo hacia los partidos políticos y sus figuras, acecha con gravedad a los comicios de este año.
De acuerdo con el informe “México: anatomía de la corrupción”, publicado la semana pasada, 91% de las personas encuestadas consideró a los partidos políticos como corruptos/muy corruptos, colocándolos como las instituciones de mayor desconfianza en el país, sólo seguidos de la Policía, con 90% de opinión negativa.
Candidatos independientes
Por primera vez desde la era moderna de los comicios en México, el árbitro electoral nacional, el INE, permitió la participación de candidatos independientes no pertenecientes a un partido político.
Ante el evidente fastidio de la sociedad con los actuales partidos, es natural pensar que esta elección se destacaría por un gran número de participantes a puestos de elección popular sin ninguna afiliación partidista. No obstante, la poca claridad en la ley electoral, así como las numerosas trabas generaron una participación prácticamente insignificante de este tipo de aspirantes.
De los cuatro mil 496 candidatos inscritos ante el INE para contender a una diputación federal, sólo 22 no pertenecen a ningún partido político. En total, solicitaron su registro 52 ciudadanos como candidatos independientes, pero el INE otorgó el registro sólo a 22 que cumplieron con los requisitos.
Esto representa un ínfimo 0.48% del total de los candidatos.
Pese a esto, existen algunas entidades en las que contendrán candidatos independientes a puestos tan importantes como la gubernatura. Una de ellas es Nuevo León.
Elección Federal
En los 31 estados y el Distrito Federal se abrirán casillas para votar por los representantes de los 300 distritos electorales federales, los cuales serán elegidos por el principio de mayoría relativa; es decir, número de sufragios. Los otros 200 serán elegidos por el principio de representación proporcional, un enredado proceso en el que dependiendo del número de votos que haya obtenido a nivel nacional un partido, tendrá derecho a una cantidad determinada de diputados federales, que le corresponden proporcionalmente según un complicado cálculo aritmético.
Actualmente, la LXII Legislatura mantiene una configuración que aventaja al partido del presidente Enrique Peña Nieto, el PRI, y como resultado ha devenido en el apoyo casi automático de las principales y controvertidas reformas impulsadas por el mandatario.
Sin embargo, debido a las pifias cometidas por el gobierno federal (como el caso Ayotzinapa, para no ir tan lejos) y los escándalos de corrupción protagonizados por el presidente y sus allegados (las millonarias casas y el uso ilegal de recursos federales, léase David Korenfeld), es muy probable que la oposición obtenga un mayor número de curules en el Palacio Legislativo de San Lázaro.
La composición actual de la Cámara de Diputados es la siguiente:
Partido Revolucionario Institucional (PRI), 212 diputados; Partido Acción Nacional (PAN), 114 diputados; Partido de la Revolución Democrática (PRD) 104 diputados; Partido Verde Ecologista de México (PVEM), 29 diputados; Movimiento Ciudadano (MC), 16 diputados; Partido del Trabajo (PT), 15 diputados; y Partido Nueva Alianza (Panal), 10 diputados.
Cabe destacar que de esta configuración, 15 diputados pertenecientes a MC (9), PT (4) y PRD (2) se separaron de sus respectivas bancadas para conformar la fracción parlamentaria del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), recientemente convertido en partido. Este nuevo instituto político podría incrementar notablemente su presencia en la próxima Legislatura.
La próxima semana, un zoom a las elecciones locales en las 15 entidades y el Distrito Federal.