Jorge Daniel Camarena coordinó la publicación del Washington Post en México y ha sido coeditor de política. Se ha especializado en la agenda binacional entre México y Estados Unidos.
El pasado viernes 10 de abril, David Korenfeld Federman pasó su cumpleaños 42 sin trabajo. Un día antes, en una conferencia de prensa de apenas cuatro minutos, anunció su renuncia a la titularidad de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Aparentemente, la presión ciudadana por el escándalo que representó el uso de un helicóptero de la dependencia para fines personales –el pasado 29 de marzo– cobró su cabeza y “se hizo justicia”, según afirmó a CNN Ignacio Vizcaíno Tapia, el matemático que captó desde su casa las imágenes que llevaron a la caída del funcionario.
Korenfeld se unió al grupo de funcionarios intermedios y menores de esta administración que han perdido su puesto debido a escándalos del dominio público. El primero, Humberto Benítez Treviño, ex titular de la Procuraduría Federal del Consumidor, dejó su puesto luego de que su hija, Andrea, protagonizara un despliegue de prepotencia en el restaurante Máximo Bistrot, en la colonia Roma del Distrito Federal, tras no obtener una mesa.
Le siguió Fausto Alzati Araiza, ex director de Televisión Educativa, quien en estado de ebriedad reventó la inauguración de la exposición de la muralista y poetisa, Aurora Reyes, en el vestíbulo de la dependencia a su cargo, por considerar que la lectura del poema “Hombre de México” –escrito en 1948 a Lázaro Cárdenas– era un ataque en contra del presidente, Enrique Peña Nieto.
Heliodoro Díaz Escárraga, coordinador de delegaciones de la zona sur del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit), y su hijo Heliodoro Carlos Díaz Aguirre, subdirector jurídico corporativo de Liconsa, perdieron sus trabajos luego de que el primero publicara una foto en su perfil de Facebook, en la que presume haberle regalado un Porsche Cayman amarillo a su vástago.
No obstante que la supuesta postura de la administración peñista ha sido aparentar que las conductas indebidas no tienen cabida en este sexenio, todos los desempleados gubernamentales previos incurrieron en situaciones francamente nimias a comparación de otras faltas que ocurren actualmente entre la clase política y los servidores públicos de todos los niveles de gobierno.
Como muestra, el sábado 11 el semanario mexicano Proceso publicó un artículo que abundó a un escándalo del cual no se ha escapado Peña Nieto, el de la Casa Blanca, y ahora golpea a uno de sus hombres fuertes, Miguel Ángel Osorio Chong.
El reportaje señala al secretario de Gobernación como poseedor de dos mansiones en un lujoso vecindario de la ciudad de México, además de privilegiar a su contratista predilecto durante su periodo como gobernador del estado de Hidalgo, Carlos Aniano Sosa Velasco.
Lo reportado por el semanario podría significar un probable conflicto de intereses similar al de la pareja presidencial y el secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso.
Proceso también señala al subsecretario de gobierno de la dependencia, Luis Enrique Miranda Nava.
Ayer, el secretario Osorio Chong publicó en su cuenta de Twitter una carta en la que desmentía las afirmaciones de los reporteros del Proceso, Jesusa Cervantes y Santiago Igartúa, al asegurar que había rentado las propiedades en cuestión.
Prácticamente, desde el inicio del sexenio, no han cesado los escándalos de los funcionarios peñistas. Esto se debe en gran parte a una sociedad más crítica y con un mayor acceso a la información, un hecho que ha cambiado radicalmente la forma en la que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) del presidente Peña Nieto entendía al pueblo mexicano.
Sin embargo, las destituciones de los funcionarios como Korenfeld, Benitez, y los Heliodoros, no dejan de ser un mero cálculo político y tan sólo un placebo del gobierno en contra de prácticas corruptas y cínicas, arraigadas profundamente en una clase política mexicana que demuestra tener un franco desprecio por la ley.
Encore
El senador panista de Puebla y ex secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, tuiteó ayer: “Bueno, pero ¿en qué estaban pensando los papás de @herculezg cuando decidieron ponerle ese nombre? Y encima, con Z. #Válgame”. La respuesta del futbolista del Puebla, Herculez Gómez, al ataque gratuito del legislador fue mesurada y humilde. Aún así, Lozano prosiguió con su ofensiva y se convirtió en trending topic. Vaya modos de ganar atención en la web.