Luego del contundente triunfo de los republicanos en el Senado y en la Cámara de Representantes en las pasadas elecciones de medio término, el gobierno de los Estados Unidos ha quedado dividido entre un presidente demócrata y un congreso republicano.
Son muchas las interrogantes que giran en torno a este hecho, pero la pregunta inmediata es: ¿Se ha quedado solo el presidente con sus programas ya iniciados, propuestas y promesas aún sin concluir?
La principal duda es si logrará el presidente Obama sacar avanti las tan llevadas y traídas promesas de reformar el sistema migratorio si ya no cuenta con la mayoría del Senado. Sabemos que tal apoyo nunca fue una garantía ni cuando los demócratas dominaban ambas cámaras en 2008. ¿Qué será en este momento que solo tendrá el soporte de una minoría…?
De ahora en adelante el presidente Obama enfrentará, durante los dos años de mandato que le restan, una dura oposición que seguramente pugnará por dar otra dirección al país. El temor es que el tema migratorio en manos de republicanos pueda tomar rumbos que endurezcan aún mas las políticas migratorias, como lo han hecho otros republicanos en el pasado.
Es cierto que en el gobierno de un país tan complejo como los Estados Unidos, el tema migratorio es uno más entre muchos otros como la reforma de salud, la economía, salario mínimo, política energética, la seguridad nacional y la política exterior etc.. Sin embargo el tema migratorio más que una promesa de campaña del presidente, es casi una deuda de honor del mandatario con la comunidad hispana, a quien le ha dado su palabra de que antes de que termine su mandato ofrecererá un alivio a los millones de mexicanos que viven irregulares en Estados Unidos.
Los latinos nos preguntamos inevitablemente si el tener ambas cámaras dominadas por republicanos representa un retroceso en lo ya logrado por Omaba como el alivio temporal a la situación de los “Dreamers” o mucho peor, significa la exclusión definitiva de una reforma migratoria.
El presidente de los Estados Unidos cuenta siempre con el poder de veto que solo puede ser anulado por las 2 terceras partes de ambas Cámaras. El presidente no puede crear leyes por sí solo, pero sí puede usar su poder ejecutivo de presidente para apelar a una acción ejecutiva, es decir, realizar acciones que él cree que son necesarias al bien de los Estados Unidos y que no contradicen la Constitución.
Obama dijo que va a analizar la situación de lo que ofrece el nuevo liderazgo en el Congreso respecto al tema de inmigración, y apuntó que de no haber avances antes de fin de año usará las facultades que le ofrece la ley.
Para cumplir su promesa a la comunidad latina de ofrecer una reforma migratoria, a Obama solo le queda como último recurso tomar una acción ejecutiva. Esperemos que el contrapeso que seguro harán los republicanos para evitarlo no lo haga retroceder… y que Obama tenga palabra… palabra de presidente…