Salvador Reza es un organizador en Phoenix, Arizona. Lucha por los derechos humanos, los derechos indígenas, y los derechos de la madre tierra. Organiza familias bajo Los Comités de Defensa del Barrio. Es también analista en radio, prensa y televisión.
La renuncia del procurador de Estados Unidos Eric Holder lanza un tronco en la vía de la acción ejecutiva, específicamente en las vías del tren descontrolado de la reforma migratoria.
Eric Holder fue el pilar legal sobre el cual se apoyaba el Presidente Barack Obama para justificar su derecho a tomar decisiones unilaterales sobre temas migratorios.
Holder justificaba desde el derecho de bombardear Siria hasta el derecho de deportar niños sin juicio y sin abogados. La Opinión legal de Eric Holder es lo que el presidente esperaba para ver qué tan extensa podía ser la acción ejecutiva.
Ahora el maquinista brinca y deja el tren con los carros de dinamita listos para explotar. Once millones de seres humanos quedan a bordo. Gritan aterrados pidiendo que por favor frenen la embestida. La catástrofe que se avecina dejará millones de almas esparcidas entre los barrancos de una política inhumana y devastadora para todos aquellos que se subieron en el tren, cuyo destino creían los llevaría a una tierra prometida.
El descarrilamiento de los vagones de La Bestia, el tren de la muerte, en el que viajan millares de compatriotas queda pequeño a la devastación que se avecina si el presidente Obama escoge a un procurador antiinmigrante. Con más de dos millones de deportaciones sabemos que el presidente Obama no se tentará el corazón si recibe opiniones legales justificando deportaciones masivas en el nombre de luchar en contra del terrorismo islámico. Ya vimos cómo aceleró la deportación de familias centroamericanas con la supuesta crisis de los niños. Imaginen lo que puede hacer si le aconsejan que la única manera de protegerse del terrorismo es asegurando la frontera y acelerando las deportaciones.
La política en Washington ha cambiado drásticamente con el resurgimiento de ISIS en Irak y Siria. En un voto de 50 a 50 en el Senado, el senador Ted Cruz casi, casi desvío el tren y por un voto no logró hacer el cambio de vía.
Con un voto más lograría ponerle fin no solo a una futura Acción Ejecutiva, sino eliminaría la acción diferida para los estudiantes jóvenes otorgada hace dos años. Y la única razón por la que no pasó es porque un senador de Alaska en peligro de perder su reelección no votó porque los republicanos no vinieron a pedirle su voto, así que ofendido por la falta de respeto, decidió ser el voto que negaba el triunfo al senador Cruz.
Si queremos que este tren no se desvíe, necesitamos nosotros mismos tomar el control de nuestro propio destino haciendo a un lado los intermediarios que nos siguen desviando.
Esto solo lo podemos hacer organizándonos con la conciencia de que tenemos el derecho humano de viajar por nuestro propio continente, tenemos el derecho humano de trabajar en nuestro propio continente, y tenemos la conciencia de que no somos criminales, no somos ilegales, somos trabajadores de pueblos ancestrales con derechos originales. Nadie, absolutamente nadie tiene el derecho de quitarnos nuestra humanidad.