Jorge Daniel Camarena coordinó la publicación del Washington Post en México y ha sido coeditor de política. Se ha especializado en la agenda binacional entre México y Estados Unidos.
México rompió con la arraigada postura de una visión nacionalista de neutralidad, al anunciar el presidente Enrique Peña Nieto la incorporación del país a Operaciones de Mantenimiento de la Paz de las Naciones Unidas (UN Peacekeeping).
El anuncio, realizado el pasado miércoles 24 de septiembre por el mandatario mexicano, durante su participación en la 69 Asamblea General de la ONU, fue recibido con reacciones opuestas dentro de la política nacional y especialistas.
No obstante, el cambio de criterio está relacionado con la política de esta administración federal de hacer lucir más atractivo al país ante las naciones extranjeras. Muy ad-hoc considerando las recientes reformas estructurales que abren la posibilidad de mayor inversión extranjera en los sectores energético y de telecomunicaciones.
Para la visión de México que tiene el presidente Peña Nieto es relevante el contar con el favor y visto bueno del exterior hoy como nunca antes. Qué mejor manera de lograrlo que ofrecer este tipo de colaboración; una que actualmente es necesaria y barata.
No es accidental que los países que más aportan soldados a Operaciones de Mantenimiento de la Paz de las Naciones Unidas sean de países pobres o emergentes. De acuerdo con la página de las Naciones Unidas, hasta octubre del 2011, los cinco países que más aportan tropas son Bangladesh, con 10,498; Pakistán, con 9,333; India, con 8,093; Nigeria, con 5,662; y Etiopía, con 5,233.
De acuerdo con la misma página, la percepción mensual de un soldado perteneciente a los Cascos Azules es de 1,028 dólares, menos que los militares de naciones más desarrolladas, pero notoriamente más que un soldado mexicano, que percibe algo así como 731 dólares al mes.
Pero como reportó The Economist en el 2012, “a medida que la economía de los países pobres crece, el costo de su ejercitó también. (…) Tal es el caso de Brasil e India que han incrementado su poder bélico”. Pero a mejor equipo y preparación de los soldados, la demanda de dinero es mayor. Apenas en Julio de este año, Bangladesh pidió al las Naciones Unidas tener un mayor rol de comando dentro de las operaciones, lo que a la postre significa una mejor paga.
Eso no ocurre con México, cuya capacidad bélica está muy por debajo de estas naciones, debido a su añejo alejamiento de los conflictos internacionales. Esto le da la garantía a las Naciones Unidas de que contará con militares mexicanos dispuestos y bien pagados. Y, al presidente Peña Nieto, una palomita en la ONU.