Jorge Daniel Camarena coordinó la publicación del Washington Post en México y ha sido coeditor de política. Se ha especializado en la agenda binacional entre México y Estados Unidos.
Los cálculos políticos dominaron la decisión en el liderazgo nacional del PRI de darle una palmadita a Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre en lugar de un castigo ejemplar: sus derechos como militante se le suspendieron temporalmente en tanto se dicta sentencia definitiva, por las acusaciones de operar una red de prostitución dentro del partido en su calidad de presidente del tricolor en el Distrito Federal. El fin justifica los medios.
El argumento para la inocua reprimenda, defendió el presidente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, fue que hasta el momento no se ha comprobado jurídicamente su responsabilidad en la supuesta red de trata, evidenciada por la periodista Carmen Aristegui y su equipo de investigadores en abril del año pasado.
Luego de conocerse la investigación, la falta de Gutiérrez de la Torre fue catalogada como “grave” según se lee en la justificación elaborada por la Comisión Nacional de Justicia Partidaria (CNJP), anexa en el expediente CNJP-PS-DF-010/2014. Sin embargo, prácticamente un año después, la reacción de la CNJP distó, por mucho, de ser la que tomarían ante un caso verdaderamente “grave”. Fue, señalaron dos de las tres presidentas que tuvo dicha comisión en un lapso de los cuatro días previos a la dictaminación –Italy Ciani Sotomayor y Reyna Aracely Tirado Gálvez–, una orden directa de la presidencia nacional.
“Tome (sic) la dolorosa decisión de renunciar a la @CNJP_PRI (…) cuando conocí la agenda de esta Comisión que pasaba por resolver el asunto del exPte del PRI-DF mi condición de mujer y por mis principios decidí renunciar a esta” (sic), escribió Aracely Tirado en su cuenta de Twitter.
La oposición a la exoneración del ex presidente del PRI en el DF es amplia dentro de las mismas filas del partido. El consejero nacional del PRI, Armando Barajas Ruíz, advirtió que impugnará la resolución ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación por ser ilegal y violar el estatuto y reglamento interno. También, María de los Ángeles Moreno, ex presidenta del PRI nacional, lamentó el veredicto y anunció que existen solicitudes a la dirigencia nacional para que se reconsidere la resolución.
¿Qué llevó entonces a César Camacho a solapar la permanencia de un potencial delincuente dentro de las filas del PRI, pese a tal oposición y al mal momento que el vive el partido en cuanto a su imagen? La respuesta es el Distrito Federal.
En el 2011, previo a las elecciones del 2012, Gutiérrez de la Torre buscaba por todos los medios a su alcance, incluso la violencia, ganar la candidatura del PRI para el gobierno del DF, la cual perdió con Beatriz Paredes Rangel –hoy embajadora de México en Brasil–, una de sus principales rivales dentro del partido.
En una entrevista para el diario por internet Contralínea.com.mx, el 2 de diciembre del 2011, el hijo del llamado Zar de la Basura aseguró querer recobrar la capital del país para el PRI. Incluso presumió tener el dominio de la militancia en 14 de las 16 delegaciones que conforman el DF, y además controlar a las decenas de miles de afiliados dentro de las células priístas del Movimiento Territorial, el Frente Juvenil Revolucionario y la Confederación Nacional Campesina. En esa entrevista, Gutiérrez de la Torre también acepto su amistad de 20 años con el ex jefe del gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon.
No es de descartarse que ante el despecho que sufrió al perder la candidatura con Paredes, el aún líder del PRI-DF haya movido a sus partidarios en apoyo del que fuera delfín y candidato de Ebrard, Miguel Ángel Mancera Espinosa.
Hoy, en el 2015 y con el ojo puesto en el 2018, el PRI no quiere darse el lujo de llegar a los 27 años sin tener el control de los recursos millonarios, políticos y sociales que representa la ciudad más importante de México. Y para eso necesita de las huestes de Gutiérrez de la Torre.
Prueba de ello es un artículo publicado la semana antepasada por el diario Reforma, que afirma que al menos 19 personajes vinculados con el ex dirigente del PRI-DF lograron más de la mitad de las candidaturas con que el tricolor competirá en las elecciones del 7 de junio, entre ellos su sobrina Jimena Montserrat Hernández, quien busca una diputación local; Christian Vargas, el llamado Dipuhooligan, quien contendrá para convertirse en el delegado de la Gustavo A. Madero.
El PRI le apuesta a recobrar el DF sin importar el desprestigio de los militantes que ocupe para lograrlo. Una puesta muy costosa, tanto, que hasta parece desesperada.
Encore
La caritativa defensa que ha realizado el señor Ciro Gómez Leyva a favor de Gutiérrez de la Torre desde su espacio en el diario mexicano, El Universal, es una muestra de amistad leal. Yo no lo haría. A lo mejor por eso no tengo amigos como Don Cuauhtémoc.