Washington.- La inmigración, un tema prominente en momentos en que comienza en serio la contienda presidencial, es un asunto complicado, sensible y amplio. Pero para fines políticos hay una pregunta concreta por responder: ¿Qué hacer con aproximadamente 11 millones de personas que viven en el país sin permiso?
Dado que los republicanos en el Congreso no ha sido capaces de ponerse de acuerdo en una respuesta, el presidente Barack Obama tomó una decisión ejecutiva para limitar las deportaciones. Todos los republicanos que buscan la nominación presidencial de su partido se oponen a ese paso; pero están comprimidos entre grandes donantes, quienes en su mayoría están a favor de la liberalización de la política de inmigración, y entre votantes de sus elecciones primarias, quienes se oponen.
Este es un vistazo a la postura de algunos precandidatos a la contienda presidencial de 2016 sobre la materia:
Hillary Rodham Clinton
En un discurso el martes, Clinton se manifestó totalmente a favor de crear las condiciones para que la mayoría de las personas que viven sin autorización en el país tengan derecho a la ciudadanía. La precandidata demócrata se comprometió además a ampliar las medidas ejecutivas de Obama si el Congreso no realiza una reforma integral de inmigración. Su postura podría otorgarle amplio apoyo entre el creciente grupo de electores hispanos y asiáticos, y se aparta de los puntos de vista más restrictivos de los contendientes republicanos.
Jeb Bush
El ex gobernador de Florida se ha manifestado a favor de crear condiciones para que quienes viven en Estados Unidos sin permiso consigan un estatus de residencia permanente legal, sin llegar a la ciudadanía; aunque ha dejado abierta la posibilidad de que en un futuro puedan tener derecho a naturalizarse. Bush se opone a las medidas ejecutivas de Obama. También ha pedido una reforma integral al proceso de inmigración legal del país para que se enfoque más en permitir el ingreso de trabajadores necesarios en lugar de dar prioridad a la reunificación familiar.
Quizá lo que lo aparta más de sus adversarios republicanos es su tono. Bush, quien escribió un libro sobre inmigración, dice que quienes han entrado a Estados Unidos sin los documentos debidos lo hicieron como “un acto de amor” para conseguir una mejor vida para sus familias. Su esposa es mexicana, él es bilingüe y no ha sido nada tímido para hablar en español en la campaña.
Marco Rubio
El senador de Florida e hijo de inmigrantes cubanos alguna vez encabezó un esfuerzo en favor de una reforma integral de inmigración y estuvo a favor de la ciudanía bajo ciertas condiciones, colocándose dudosamente a la izquierda de Bush sobre la materia. Pero dio marcha atrás y cambió de postura.
Rubio fue coautor de la iniciativa de ley del Senado que hubiera aprobado una vía a la ciudadanía para las personas que viven sin permiso en Estados Unidos, una vez que aprendieran inglés, pagaran impuestos retroactivos y aprobaran una verificación de antecedentes. El proyecto de ley fue aprobado en Senado pero pereció en la Cámara de Representantes. Rubio dice ahora que se requiere un enfoque por etapas porque una legislación integral no puede salir adelante. Su enfoque es comenzar con la seguridad de la frontera y terminar permitiendo que permanezcan en el país las personas que residen sin permiso.
Grupos defensores de los derechos de los inmigrantes dicen que ese final nunca llegaría, porque la gente siempre se podrá quejar de que la frontera no era segura.
Al igual que Bush, Rubio argumenta a favor de un sistema de inmigración legal basado más en las potenciales contribuciones económicas de los inmigrantes que en la reunificación familiar. Adicionalmente, Rubio ha dicho que no revocaría de inmediato una de las medidas de Obama, que permite permanecer en el país a personas que fueron traídas ilegalmente cuando eran menores de edad.