Atlanta.- Edgar Valdez Villareal, alias “La Barbie”, se declaró culpable el miércoles en Atlanta de asociación ilícita para importar y distribuir cocaína, así como de asociación ilícita para lavar dinero.
Las autoridades sostienen que “La Barbie” es el responsable del ingreso de enormes cantidades de cocaína desde México para consumo en el este de Estados Unidos, y de enviar a territorio mexicano millones de dólares obtenidos por ese tráfico. Un abogado de Valdez se negó a formular comentarios el miércoles.
“La Barbie”, apodado así por sus ojos y tez claros, fue objeto de una cacería por cinco estados mexicanos durante un año hasta que fue capturado en una hacienda en las afueras de la Ciudad de México en agosto del 2010. Estuvo entre 13 personas extraditadas a Estados Unidos en septiembre.
Edgar Valdez Villareal nació en Laredo, Texas, donde su padre era propietario de un club nocturno. Se crió en un distrito de clase media donde vivían muchos agentes de la Patrulla Fronteriza, policías y bomberos.
De adolescente pasó a ser pequeño hampón y a la vez jugaba fútbol americano para su escuela. Fue ascendiendo los niveles del hampa hasta convertirse en el cabecilla de un grupo de sicarios del cartel Beltrán Leyva, aliado con el cartel de Sinaloa, dicen las autoridades.
Fue designado jefe de las operaciones en el puerto de Acapulco tras haber sido el principal guardaespaldas del capo del cartel, Arturo Beltrán Leyva, según el prontuario.
Vivió en medio de gran lujo en México, con viviendas en las zonas más exclusivas de la capital, dicen los funcionarios. Ello sin embargo quedó en peligro una vez que la policía se lanzó contra el cartel Beltrán Leyva e infantes de Marina mexicanos mataron a Beltrán Leyva en una balacera en la ciudad turística de Cuernavaca en diciembre del 2009.
Ello desató una sangrienta pugna de poderes entre Valdez y el hermano de Beltrán Leyva, Héctor, según las autoridades. Empezaron a aparecer cadáveres decapitados y desmembrados, algunos colgados de puentes, con carteles en los que se proferían amenazas contra uno u otro bando.
Entre la violencia y bajo la persecución de las fuerzas de seguridad, “La Barbie” salió de Acapulco y trató de vivir una vida más discreta en la Ciudad de México. Pero gracias a pistas anónimas, una unidad élite de la policía federal mexicana lo capturó junto con cuatro socios en una casa de campo en las afueras de la capital.
Cuando fue arrestado en agosto del 2010, el entonces presidente mexicano Felipe Calderón calificó a Valdez como uno de los criminales más buscados tanto a nivel nacional como internacional.