Washington.- Estados Unidos no limitará su apoyo a activistas y disidentes cubanos a cambio de obtener autorización de La Habana para convertir en embajada su actual oficina de intereses.
“No restringiríamos las actividades que hacemos ahora”, dijo la subsecretaria de Estado para América Latina Roberta Jacobson al comparecer ante la comisión de relaciones exteriores del Senado.
“No puedo imaginarme que vayamos a una etapa siguiente (de las negociaciones con Cuba) aceptando no ver a los activistas”, agregó Jacobson al responder al senador republicano de la Florida Marco Rubio que le preguntó con insistencia si Estados Unidos alguna vez aceptaría abrir la embajada sin poder interactuar con disidentes.
Jacobson encabezó la delegación estadounidense que realizó en enero en La Habana la primera ronda de negociaciones para normalizar la relación bilateral.
Washington pide libre tránsito para sus diplomáticos en la isla, garantías de que la correspondencia no será vigilada y de que cualquier cubano tendrá acceso al edificio de la misión diplomática estadounidense.
Josefina Vidal, cabeza de la delegación cubana, dijo a AP tras la reunión en La Habana que los diplomáticos estadounidenses “al moverse libremente por nuestro país” deberán ser “cuidadosos de no realizar actividades que puedan considerarse por Cuba como una injerencia en los asuntos internos de nuestro país”.
Ambas partes prevén reunirse nuevamente este mes en Washington para continuar las negociaciones.
Jacobson dijo que ella ni otro integrante de su departamento participó en las negociaciones secretas que funcionarios de la Casa Blanca sostuvieron durante 18 meses con una delegación cubana, las cuales resultaron en la decisión de ambos gobiernos para normalizar sus relaciones diplomáticas.
Explicó haberse enterado de las negociaciones en octubre, dos meses antes de que el presidente Barack Obama las anunciara por un mensaje televisivo.
Rubio y el demócrata por Nueva Jersey Bob Menéndez, ambos de ancestros cubanos, se pronunciaron contra la nueva política hacia Cuba durante la primera audiencia que celebra el Congreso desde el anuncio de Obama en diciembre.
“Dieciocho meses de negociaciones secretas produjeron un acuerdo malo, malo para los cubanos”, dijo Menéndez. “Tal vez se hizo con las mejores intenciones, pero en mi opinión, hemos comprometido valores fundamentales por concesiones mínimas”.
Los otros senadores demócratas presentes, encabezados por la californiana Barbara Boxer, y el republicano por Arizona Jeff Flake —autor de un proyecto de ley que busca eliminar la prohibición que enfrentan los estadounidenses para viajar a Cuba— se pronunciaron a favor de las medidas hacia Cuba.
Los disidentes cubanos Miriam Leiva, Manuel Cuesta, Rosa María Payá y Berta Soler, presidenta de las Damas de Blanco, comparecieron posteriormente durante la misma audiencia.
Jacobson prevé comparecer el miércoles ante la cámara baja durante una audiencia similar para analizar la nueva política hacia Cuba.
La audiencia del Senado coincidió con la difusión de las primeras fotografías del líder cubano Fidel Castro en casi medio año por un sitio web oficialista cubano.
La audiencia tuvo lugar en una sala abarrotada de público y de camarógrafos, señal de la gran expectativa creada por la nueva política estadounidense hacia Cuba.