El senador de Texas ha recortado la ventaja de Trump en Iowa, donde arrancarán las elecciones primarias, y tiene los recursos, la infraestructura de campaña y el atractivo conservador para ser un contrincante serio en el proceso interno republicano.

Esas ventajas convierten a Cruz en el blanco principal de sus rivales, en especial de Trump y del senador Marco Rubio.

Trump y Cruz han mantenido las paces durante meses en términos generales, debido a lo cual el senador se ha salvado de las críticas que el multimillonario ha lanzado contra los demás oponentes.

Sin embargo, han surgido indicios de una ruptura en los últimos días.

Cruz al parecer puso en duda el juicio de Trump durante un acto privado de recaudación de fondos, de acuerdo con el audio obtenido por The New York Times. Trump afirmó después que Cruz es “un tanto maniaco”.

“Parece que @tedcruz se prepara para atacar”, escribió la semana pasada Trump en Twitter. “Yo saco tanta ventaja que debe hacerlo. Espero que lo haga, caerá igual que los otros. ¡Será fácil!”

Cruz y Rubio escenifican otra dinámica intrigante en el debate del martes en Las Vegas que será transmitido en horario estelar.

Ambos son senadores de primer periodo y estadounidenses de origen cubano que se consideran alternativas a Trump, cuya capacidad de supervivencia política ha dejado perplejos a prominentes republicanos.

Cruz y Rubio han mantenido durante semanas un antagonismo a distancia, en particular sobre seguridad nacional, que se convirtió en un tema principal de campaña después de los ataques en París y San Bernardino, California.

Rubio ha intentado catalogar a Cruz como aislacionista y le ha criticado que apoyara poner fin a la recaudación de gran escala de archivos telefónicos de estadounidenses con el argumento de que se debilita la capacidad del gobierno para identificar a posibles terroristas.