Nueva York.- “Me siento frustrada. Siento que nadie nos apoya”, comentó Lucía Freire. “Necesito el programa de alivio migratorio para poder estar más tranquila y para poder manejar y viajar”.
Freire, una ecuatoriana de 41 años, habló así durante una de las protestas que se realizaron hoy, martes, a lo largo de Estados Unidos para exigir la activación del programa de alivio migratorio anunciado por el presidente Barack Obama en noviembre y que evita la deportación de padres de ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes.
El programa debió haber entrado en vigor el 19 de mayo, pero está paralizado por una demanda de más de una veintena de gobernadores.
La ampliación de otro programa de alivio migratorio ya existente para jóvenes inmigrantes quedó congelada en febrero.
Ambas iniciativas fueron suspendidas después de que gobernadores republicanos de 26 estados interpusieron una demanda acusando a Obama de sobrepasar su autoridad por su intención de suspender la deportación de al menos cuatro millones de inmigrantes que residen en Estados Unidos sin autorización.
Los alivios migratorios quedarán paralizados hasta que los tribunales determinen su legalidad.
Conferencias de prensa y protestas de decenas de grupos y sindicatos que defienden los derechos de los inmigrantes se planearon el martes en 20 estados, desde Arizona a Carolina del Norte.
En diferentes ciudades de la Florida, inmigrantes efectuaron llamados telefónicos y enviaron mensajes de correos electrónicos a políticos locales, pidiéndoles que aprueben leyes locales que protejan a los extranjeros que se encuentran en el país sin permiso legal.
En los condados de Miami-Dade y Broward, en el sur de la Florida, algunos inmigrantes acudieron en persona a efectuar el pedido a los legisladores locales.
Yaquelin Mela López, de 48 años y que podría beneficiarse del programa para padres inmigrantes, se presentó ante un grupo de nueve comisionados del condado de Broward.
“He luchado día a día porque esto (la acción ejecutiva) se dé, hemos hecho de todo para que se dé, pero no está en nuestras manos”, dijo la abogada boliviana que hace 12 años permanece en Estados Unidos sin autorización. “Lo que más podemos hacer es llamar a la comunidad para que siga en la lucha, salga a las calles, nos falta poco”.
En Nueva York, cinco personas en contra de la inmigración ilegal se manifestaron frente al centenar que pidieron alivio migratorio.
“Estamos aquí para defender la soberanía de América”, dijo Joanna Marzullo, del grupo New Yorkers for Immigration Control and Enforcement. “Ellos (los inmigrantes) usan a sus hijos como peones para lograr grandes amnistías”.
En Washington varios legisladores demócratas y activistas defendieron los programas de alivio migratorio.
“Estamos frustrados con esta política republicana pero eso no quiere decir que perdemos la esperanza y el compromiso con la comunidad para seguir luchando”, dijo Cristina Jiménez, directora de United We Dream Network. “De la misma manera que ganamos DACA y DAPA (como se conoce a alivios migratorios en inglés) vamos a ganar esta demanda legal. Lo último que la comunidad pierde es la esperanza.”
El concejal Paul López, que representa un barrio hispano en la ciudad de Denver, avisó en rueda de prensa que si las reformas migratorias de Obama siguen siendo bloqueadas por los republicanos los votantes responderán a ello en periodos electorales.
Por otro lado, en California, varias organizaciones anunciaron una campaña estatal para informar, preparar y alistar a inmigrantes sobre los planes de Obama.
“No tenemos suficientes organizaciones como para satisfacer de manera adecuada la demanda que hay para los programas”, dijo Angélica Salas, directora ejecutiva de la Coalición para los Derechos Humanos de Inmigrantes en Los Ángeles, que es parte de la campaña llamada “Ready California”.