Los Ángeles.- Un padre y un hijo se declararon culpables de delitos derivados de una pesquisa sobre lavado de dinero que supuestamente se efectuó para cárteles mexicanos en el distrito de modas de Los Ángeles.
Xilin Chen y su hijo, Tom Chen, firmaron esta semana los convenios con la fiscalía en los que aceptaron su culpabilidad ante una corte federal en Los Ángeles. Se prevé que el juez acepte el viernes los convenios durante una audiencia.
Los abogados de ambas personas no respondieron a las solicitudes de The Associated Press para que hicieran declaraciones al respecto.
Los Chen figuraron entre las nueve personas arrestadas en septiembre durante una redada que efectuaron las autoridades en varios establecimientos en el distrito de modas. Esos negocios estaban implicados en la captación de fuertes sumas de efectivo que les canalizaron cárteles mexicanos a cambio de exportaciones de ropa a México.
Aunque las detenciones fueron anunciadas en conjunto, las autoridades no creen que los Chen estuvieran implicados directamente en el caso más serio que se adjudica al cártel de Sinaloa.
Este grupo delictivo cobró, mediante el distrito de modas, un rescate de $140 mil que se hizo en varios pagos por un rehén al que sometía a golpizas y torturas en México, según los fiscales.
Xilin Chen aceptó declararse culpable de confabulación para lavar instrumentos monetarios, obtención ilegal de ciudadanía y entrega de documentos falsos a la Policía de Aduanas y Protección Fronteriza. Tom Chen aceptó declararse culpable de proporcionar documentos falsos a esa agencia.
Los Chen son nacionales chinos naturalizados estadounidenses y el mayor de ellos era dueño de dos negocios de lencería, según los fiscales. Ambos podrían ser deportados.
De acuerdo con los convenios concertados entre los acusados y la fiscalía, los Chen podrían no ir tras las rejas, aunque los cargos que ha aceptado Xilin Chen conllevan hasta 50 años de cárcel. El cargo que ha aceptado su hijo es castigable con cinco años de prisión.
Adicionalmente, los Chen aceptaron perder los alrededor de 436.000 dólares que les confiscaron durante su arresto así como los ingresos procedentes de la venta de sus propiedades.