Columbia, South Carolina.- Las campañas por las candidaturas presidenciales en Estados Unidos entran ahora en un cúmulo de primarias y asambleas partidistas estatales cargadas de delegados, con el republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton ganando impulso.
El magnate Trump se ha colocado claramente en la punta entre los republicanos, pese a numerosos comentarios sobre inmigrantes, minorías y sus rivales que habrían hundido a un candidato más tradicional. En el lado demócrata, el senador Bernie Sanders ha ofrecido un reto sorprendentemente vigoroso a Clinton, la candidata del establishment del partido, con una campaña centrada en las desigualdades económicas y sociales.
Trump llega a las asambleas partidistas del martes en Nevada con 67 delegados, luego de una rotunda victoria en South Carolina el sábado. Sus rivales más cercanos, los senadores Ted Cruz y Marco Rubio, tienen 11 y 10, respectivamente. Se necesitan 1.237 delegados a la convención nacional para ganar la nominación por el partido.
Rubio trata de establecerse como el candidato del partido, luego de que el ex gobernador de Florida Jeb Bush se retiró de la contienda. Cruz, más conservador y quien preocupa a muchos en la cúpula partidista, tiene muy pocas probabilidades de terminar por encima del segundo o tercero en las próximas votaciones, a excepción de Texas, su estado.
Con aproximadamente 70% de los republicanos en encuestas nacionales declinando respaldar a Trump, Cruz y Rubio tratan de presentarse cada uno como el candidato alrededor del cual el partido puede unirse.
Sin embargo, un examen detenido del calendario de elecciones indica que si no encuentran forma de frenar a Trump para mediados de marzo, su única posibilidad para negarle la nominación va a ser una dura pelea en la convención del partido en el verano.
Entre los demócratas, Clinton ganó una importante victoria en las asambleas partidistas en Nevada, donde de acuerdo con sondeos a boca de urna consiguió un amplio respaldo de los votantes negros. Eso pudiera ser un buen indicio antes de las primarias del sábado en South Carolina y el llamado Super Martes de la semana próxima, cuando se realizan primarias en varios estados del sur con un vasto electorado negro. En Nevada, Clinton se llevó 19 delegados, por 15 para Sanders.
Sanders trata de probar que puede expandir tenazmente su base de apoyo más allá de liberales blancos y jóvenes. Su campaña citó avances en Nevada entre los hispanos, pero sus asesores saben los retos que enfrentarán en el Super Martes, que ofrecen un gran número de delegados a la convención nacional.
Sanders mencionó Colorado, Minnesota, Massachusetts y Oklahoma como estados donde tiene una buena oportunidad en el Super Martes, pero ha reconocido que aunque su campaña ha conseguido grandes avances, “al final, se necesitan delegados”.
Clinton ha acumulado una gran ventaja entre los superdelegados demócratas, que son funcionarios del partido que pueden respaldar a quien quieran independientemente de los resultados de las primarias. La ex secretaria de Estado tiene el apoyo de 451 superdelegados, con 19 para Sanders.