Washington.- No importa si el fin es loable o no: El hecho de que una aspirante a la presidencia esté asociada a una fundación que recibe millones de dólares en donaciones está llamado a generar controversias.
Y más todavía si involucra a los Clinton, un fenómeno de la política estadounidense que ofrece siempre dos por el precio de uno.
Vistazo a los interrogantes que plantea la fundación que manejan Bill y Hillary Clinton:
¿QUÉ ES ESTA FUNDACIÓN?
Es uno de los grandes legados de Bill Clinton.
Cuando dejó la presidencia en el 2001, enfocó todas sus energías en una fundación benéfica que lleva su nombre. Combate males globales como la pobreza, el sida y otros problemas relacionados con la salud, el cambio climático, la obesidad infantil y asuntos vinculados con las mujeres y las niñas.
En el 2013, poco después de que la ex primera dama Hillary Rodham Clinton dejase la Secretaría de Estado, la fundación pasó a llamarse Fundación Bill, Hillary y Chelsea Clinton. La hija de ambos Chelsea es vicepresidenta de la junta directiva.
Se la conoce simplemente como la Fundación Clinton.
Y es enorme.
Una organización sin fines de lucro que no paga impuestos y que ha recaudados más de 2.000 millones de dólares para sus iniciativas. Recibe dinero no solo de individuos sino también de empresas y de gobiernos, el cual va directamente a proyectos en todo el mundo a través de la Iniciativa Global Clinton.
¿DE DÓNDE SALE EL DINERO?
Son más que nada donaciones de individuos ricos, de gobiernos, de empresas y de partidarios políticos de Hillary Clinton. Algunos donan millones de dólares.
Antes de asumir como secretaria de Estado del gobierno de Barack Obama en enero del 2009, Hillary Clinton aceptó revelar los nombres de los donantes de la fundación para acallar cualquier duda que pudiera surgir sobre asuntos éticos. También dijo que la fundación no recibiría nuevas donaciones de otros gobiernos sin el visto bueno de la oficina de ética del Departamento de Estado para evitar cualquier posible conflicto de interés.
Funcionarios de la fundación admitieron recientemente haber recibido al menos una donación de un gobierno extranjero durante la gestión de Hillary Clinton –500.000 dólares que Argelia aportó para las víctimas de un terremoto en Haití– sin haber buscado la aprobación del Departamento de Estado. Dijeron que había sido un error.
Cuando Hillary Clinton renunció a la Secretaría de Estado en febrero del 2013, se reanudaron las donaciones del extranjero, por más que se diese por descontado que se postularía a la presidencia.
Al menos 16 naciones han donado en total entre 55 y 130 millones de dólares, según un análisis que hizo la Associated Press del desglose de aportes que presentó la fundación.
Cuando Hillary Clinton lanzó formalmente su campaña en procura de la presidencia el mes pasado, la fundación dijo que dejaría de recibir nuevamente donaciones de otros gobiernos, aunque aclaró que aceptaría dinero de Australia, Canadá, Alemania, Holanda, Noruega y el Reino Unido que financia proyectos en marcha.
Hillary Clinton renunció a la junta directiva de la fundación y dijo que comenzará a revelar su lista de donantes en forma trimestral, no anual, como hasta ahora.
¿QUÉ DICEN LOS DETRACTORES DE HILLARY CLINTON?
Muchas cosas:
— Que la fundación es un vehículo que usan gobiernos e individuos extranjeros para influenciar en una futura presidenta. En Estados Unidos los políticos tienen prohibido recibir donaciones del exterior.
— Que muchos donantes buscaron favores en el Departamento de Estado cuando Hillary Clinton estuvo a cargo.
— A pesar de su compromiso de transparencia, no se han revelado los nombres de donantes extranjeros que aportan dinero a través de una filial canadiense de la fundación.
— Algunas donaciones son por cifras astronómicas. El magnate de la industria minera canadiense Frank Giustra ha donado más de 31 millones de dólares. El multimillonario ucraniano Victor Pinchuk y Arabia Saudita han donado entre 10 y 25 millones cada uno, según la fundación.
— Un nuevo libro, “Clinton Cash”, de Peter Schweizer, dice que algunas donaciones coincidieron con decisiones favorables de funcionarios estadounidenses, dejando flotando la sensación de que pudo haber habido un tráfico de influencias. El libro menciona, por ejemplo, la aprobación de la venta de una empresa minera en la que Giustra tenía acciones a la agencia de energía atómica rusa. Cuando se produjo la aprobación, Giustra ya había vendido sus acciones.
— Las donaciones de Arabia Saudita, los Emiratos Arabes Unidos y otras naciones del Medio Oriente que le niegan la igualdad de derechos a las mujeres han sido muy criticadas por aspirantes a la presidencia republicanos. Rand Paul dijo que promover los derechos de la mujer mientras se aceptan millones de países donde las “víctimas de violaciones son azotadas públicamente” es “una gran hipocresía”.
— Muchas de las donaciones de la fundación provienen de empresas y organizaciones que le pagaron a Bill Clinton más de 100.000 dólares por dar disertaciones mientras su esposa era secretaria de Estado. Y varias son grandes contribuyentes a las campañas políticas de Hillary Clinton.
— Bill y Chelsea Clinton siguen formando parte de la junta directiva de la fundación y exponiéndose a que surjan denuncias de conflictos de interés. El ex presidente dijo que considerará la posibilidad de renunciar si su esposa llega a la Casa Blanca.
¿QUÉ DICEN LOS CLINTON?
Hillary Clinton no ha respondido a cuestionamientos específicos. Rechazó las críticas en forma generalizada, tildándolas de “ataques y distracciones” que eran de esperar.
El portal de su campaña dice que el libro “Clinton Cash” es obra de un cuadro republicano que hace “acusaciones absurdas” sin ofrecer evidencia alguna.
Bill Clinton, por su parte, afirma que se siente orgulloso del trabajo de su fundación y que el 90% de los donantes aportan menos de 100 dólares.
¿Y qué hay de las grandes sumas? No hay nada “siniestro” en el hecho de que gente rica y otros países ayuden a las naciones en desarrollo, declaró Clinton en una entrevista con NBC News.
“Ha habido un intento deliberado de hundir la fundación”, sostuvo. “Y no hay nada hoy que no se supiese cuando (Hillary) se postuló a la presidencia por primera vez”.
El Departamento de Estado dijo el mes pasado que hizo una investigación y no encontró evidencia alguna de que las acciones de Hillary Clinton como secretaria de Estado hayan sido influenciadas por las donaciones a la fundación.
¿ES ESTA IGUAL QUE LAS FUNDACIONES DE OTROS PRESIDENTES?
Los expresidentes generalmente crean fundaciones que recaudan dineros para sus bibliotecas presidenciales y canalizan los fondos para la educación e investigaciones históricas más que nada. Bill Clinton también tiene una biblioteca.
La Fundación Clinton se parece más al centro de Jimmy Carter sin fines de lucro, que promueve los derechos humanos, la paz y combate enfermedades en países pobres. El Centro Carter acepta donaciones de otros gobiernos y de corporaciones.
La gran diferencia es que Carter y su esposa Rosalynn ya no están en la política.