Manchester, New Hampshire.- El victorioso Ted Cruz y un jubiloso Marco Rubio salieron de las primarias en Iowa disputándose las palmas de los sectores tradicionales y advenedizos del fracturado Partido Republicano, mientras la campaña electoral pone rumbo ahora hacia New Hampshire. Por su parte, los demócratas se preparaban para una larga batalla entre Bernie Sanders y Hillary Clinton, que se vieron en un empate virtual.
Cruz obtuvo una ventaja importante el lunes por la noche en la primera votación de una campaña arduamente disputada. “Hemos construido nuestra campaña como un movimiento para que los estadounidenses se organicen, movilicen y unan contra el cártel de Washington”, dijo Cruz a The Associated Press camino de New Hampshire.
Donald Trump, con una humildad desconocida en él tras quedar segundo en Iowa, se dirigía a un territorio mucho más acogedor para sus aspiraciones.
Con un récord de participación en Iowa, el inesperado beneficiado fue Rubio, que quedó a escasa distancia de Trump. Los republicanos ya estaban mirando a New Hampshire para aligerar su abarrotada contienda y las buenas cifras del senador de Florida reafirman su argumento de que los republicanos deberían unirse con él como alternativa convencional a Trump o Cruz, vistos como más rebeldes.
“Hemos dado el primer paso, pero un paso importante, para ganar la nominación”, dijo Rubio a sus seguidores en Des Moines.
La contienda demócrata fue una película de suspenso —”los resultados de esta noche son los más estrechos en la historia demócrata en Iowa”, dijo el presidente del partido estatal, Andy McGuire_, muy lejos de la coronación de Clinton que esperaban la mayoría de los demócratas.
A pesar de su aceitada maquinaria electoral y el apoyo de la mayoría de dirigentes, Clinton no logró detener la marea de entusiasmo de votantes jóvenes y progresistas a favor de Sanders, un excéntrico senador de Vermont cuyas probabilidades de ganar la presidencia están muy en duda.
Cruz, el conservador de Texas conocido por su estrategia de tierra arrasada a la hora de negociar, esperaba que su triunfo en Iowa le reafirme como primera opción para los republicanos que buscan un agitador para acabar con el legado del presidente Barack Obama. En Iowa dirigió una campaña de manual centrada en votantes rurales y evangélicos, pero en new Hampshire le espera un terreno más difícil dada su tradición de premiar a candidatos más tradicionales.
Pese quedarse a las puertas de la victoria, Trump demostró que puede convertir a muchos de sus entregados seguidores en votantes, la principal duda que afrontaba su campaña antes del lunes, pero los resultados plantearon otra cuestión igual de curiosa: cómo gestionaría Trump, que se ha presentado como un ganador fiable, el ser un perdedor.
Dando las gracias a sus seguidores en un mitin, Trump mostró una modestia poco habitual al felicitar a Cruz y los demás republicanos.
“Terminamos segundos y quiero decirles algo: Me siento honrado”, dijo el empresario. “Simplemente estamos encantados de la forma en que resultó todo”.
Aunque Clinton dijo haber “exhalado un gran suspiro de alivio”, la enconada pelea fue un golpe significativo y recordó el revés que sufrió en 2008 tras su derrota ante el entonces senador Barack Obama. El resultado de las asambleas demócratas de Iowa es demasiado ajustado este año como para concluir una victoria y la AP no declaró un vencedor. Las autoridades del partido no han dicho aún cómo tienen previsto decidir al ganador.
Hace ocho años, la victoria de Clinton en New Hampshire reavivó su campaña, pero New Hampshire también es un terreno familiar para Sanders, que representa a la vecina Vermont en el Senado y es muy conocido entre los votantes del estado. Su considerable victoria sobre Clinton en los sondeos en New Hampshire se ha mantenido o crecido en las últimas semanas.
Casi todos los candidatos tenían previsto regresar a New Hampshire el martes a mediodía tras volar por la noche desde Iowa. Los votantes celebrarán sus primarias, con votación en urnas, el 9 de febrero.
Después de Trump, que está líder con una ventaja de dos dígitos en las encuestas recientes, la carrera republicana en el estado sigue muy peleada. Ante la perspectiva de malos resultados en Iowa, Chris Christie, John Kasich y Jeb Bush —todos gobernadores pasados o actuales— se centraron en New Hampshire.