Charleston, South Carolina.- A sólo dos semanas de que se emitan los primeros votos de las elecciones en Estados Unidos, Hillary Clinton y Bernie Sanders tuvieron su más acalorado debate hasta la fecha, lo que pone en evidencia la ajustada contienda demócrata mientras se acerca el caucus en Iowa.
Ambos se enfrascaron en varias ocasiones la noche del domingo para definir quién era más duro con el control de armas y Wall Street y quién tenía la mejor idea para el sistema de salud del país.
Su acalorada retórica puso en relieve la pregunta central que vuelve la contienda demócrata cada vez más competitiva: ¿La pasión de Sanders vencerá a la practicidad Clinton?
Aunque Clinton se mantiene como favorita, el popular entusiasmo por Sanders como candidato “externo” y su franco mensaje liberal han puesto en peligro la ventaja de la aspirante en Iowa y ha ampliado la ventaja de él en New Hampshire.
“Esto no se trata de buscar una forma racional de seguir adelante”, dijo Sanders cuando respondió al argumento de Clinton de que los planes de salud de Sanders podrían reavivar una batalla política divisiva. “Se trata de tener las agallas para enfrentarse a las aseguradoras privadas”, agregó el legislador por Vermont.
Clinton calificó de impráctico el plan de Sanders de reemplazar el actual sistema de salud con uno donde el gobierno se convierta en el “pagador único” que proporcione cobertura para todos.
En lugar de ello, Clinton se dijo a favor de construir sobre la ley de salud que promovió el presidente Barack Obama, trabajando para reducir aún más los costos no programados.
Clinton también criticó a Sanders por votar varias veces a favor de la National Rifle Association en el Congreso, aunque también lo reconoció porque el fin de semana apoyó una ley que negaría a los fabricantes de armas inmunidad legal.
Tanto Sanders como Clinton expresaron su apoyo al acercamiento diplomático de Obama con Irán y su oposición al envío de tropas estadounidenses a Siria.
El tercer participante en el debate, el ex gobernador de Maryland, Martin O’Malley, trató de integrarse en la conversación con la esperanza de mejorar sus apagados números en las encuestas, pero le fue difícil destacar.