Albuquerque, New Mexico.- La base Holloman de la Fuerza Aérea, en el estado de New México, está lista para servir de albergue temporal a centenares de niños migrantes procedentes de América Central en momentos en que las autoridades federales se preparan para la oleada de migrantes que, según las previsiones, cruzarán a Estados Unidos durante la primavera y el verano de 2016.
Según el periódico Albuquerque Journal (https://bit.ly/1Ss2zHX ), la base Holloman planea albergar a 400 menores a partir de enero. Los niños serán acomodados en un edificio vacío en unas instalaciones utilizadas antes por el 4to Escuadrón de Vigilancia Espacial.
El secretario de Defensa, Ashton Carter, ordenó que la base Holloman sea la primera de los tres albergues temporales que funcionarán en New Mexico, Colorado y Florida. Estos centros se suman a los abiertos en diciembre en las afueras de Dallas.
En la actualidad, los menores están a cargo del Departamento de Salud y Servicios Humanos federal, y proceden de países centroamericanos como Guatemala, Honduras y El Salvador, dijo Mike Espiritu, presidente de la Cámara de Comercio de Almagordo.
La mayoría de los menores enviados a los albergues tienen entre 14 y 17 años y permanecen en los centros una media de 32 días.
Durante esa estancia, reciben clases y atención médica hasta que se les ubica con patrocinadores mientras aguardan la decisión de si podrán quedarse en Estados Unidos o si serán deportados.
Espiritu dijo que actuará como enlace entre las autoridades federales y la base Holloman de la Fuerza Aérea para garantizar que se atiendan las necesidades de los niños.
“Nos reuniremos la próxima semana con representantes de Holloman, y esperamos tener más información que podamos proveer al público”, señaló.
El gobierno federal intenta evitar una repetición del verano de 2014, cuando numerosos niños cruzaron la frontera hacia Estados Unidos.
Los menores procedentes de Guatemala, Honduras y El Salvador fueron obligados a permanecer en instalaciones de la Patrulla Fronteriza que no estaban diseñadas para alojarlos.
Esa situación también desvió a los agentes de sus actividades de garantizar la seguridad en la frontera, aun cuando la ley prevé que los menores de 17 años que ingresen solos en el país sean entregados al Departamento de Salud y Servicios Humanos.