Washington.- Por más que el presidente Barack Obama utilice su autoridad hasta el límite para proteger de la deportación a miles de inmigrantes en situación irregular, la suerte de muchos millones quedará sin resolver.
Obama se dispone a demostrar su poder como jefe del ejecutivo hoy al anunciar en un discurso previsto para las 8 de la noche, hora del Este, (0100 GMT) que soslayará al Congreso y tomará medidas en materia de inmigración.
Los legisladores republicanos han respondido de manera inmediata y agresiva, anunciando el comienzo de lo que podría ser una de las batallas partidistas más enconadas de la presidencia de Obama.
Con sus medidas, alrededor de 5 millones de personas podrían obtener permisos de trabajo. La medida más amplia buscaría proteger de la deportación a los padres de ciudadanos y residentes, siempre que esos padres se encuentren en el país desde hace más de cinco años.
Otros beneficiarios potenciales de las medidas de Obama serían los inmigrantes traídos sin autorización al país cuando eran niños pero que no reúnen todos los requisitos de un decreto vigente desde 2012.
Hay más de 11 millones de inmigrantes que viven sin autorización en el país, y los decretos de Obama dejarían a millones sin protección, aunque las probabilidades de ser deportados si no han cometido un delito son bajas.
“Lo que voy a exponer son las cosas que puedo hacer con mi autoridad legítima como presidente para mejorar el sistema, al mismo tiempo que sigo colaborando con el Congreso y lo exhorto a aprobar un proyecto bipartidista exhaustivo que resuelva todo el problema”, dijo Obama en un video que publicó el miércoles en Facebook.
Un decreto que permita a los padres de ciudadanos y residentes obtener permisos de trabajo afectaría a unas 3.3 millones de personas si requiere que hayan vivido en el país durante al menos cinco años, según el Instituto de Política Migratoria. Si incluye a cónyuges de ciudadanos y residentes, la cifra se eleva a 3.8 millones.
También es probable que el presidente amplíe su decreto de 2012, que permitía a los inmigrantes menores de 31 años que arribaron antes de junio de 2007 evitar la deportación y obtener un permiso de trabajo. Hasta el momento más de 600,000 inmigrantes jóvenes se han beneficiado con la medida, que pudiera ampliarse si, por ejemplo, se elimina el tope de edad.
Pero las medidas de Obama no incluirían a los hijos de esos jóvenes inmigrantes. Tampoco incluiría las protecciones especiales para los trabajadores agrícolas que reclama el sindicato United Farm Workers, aunque las disposiciones del plan permitirían a unos 250.000 trabajadores del sector obtener permisos laborales, según Giev Kashkooli, director nacional de políticas legislativas del sindicato.
Ninguno de los beneficiarios tendría un camino hacia la ciudadanía, y cuando Obama termine su mandato el nuevo presidente podría derogar esas medidas. Además, el plan de Obama no les otorgaría beneficios federales tales como los créditos impositivos del seguro de salud.