Ciudad del Vaticano.- El arzobispo de la diócesis de Chicago, Blase Cupich, aseguró que le entristecieron las palabras discriminadoras contra los mexicanos del precandidato presidencial estadunidense Donald Trump, y las calificó de “desafortunadas”.
En entrevista con Notimex, el prelado aseguró que las declaraciones del aspirante a la candidatura presidencial republicana “no eran necesarias” en un mundo en el cual existen numerosas fuerzas empeñadas en dividir a los pueblos.
“Cuando ellos hablan así mi corazón se llena de tristeza porque estas palabras dividen a la gente, entre quienes están dentro y quienes están afuera”, indicó.
“Pero el Papa ha dicho que todos estamos dentro de la familia humana. Cuando ellos dividen el mundo se llena de tristeza, esto no es necesario en un mundo donde existen fuerzas que nos dividen, esto fue muy desafortunado”, agregó.
Cupich prefirió no especular sobre los motivos que llevaron a Trump a realizar sus declaraciones contra los mexicanos y los otros inmigrantes, a cuya mayoría calificó de delincuentes, violadores y asesinos.
“Cuando llegué a Chicago dije que los inmigrantes iban a ser mi programa, quienes no tienen documentos, que viven en las sombras. Debemos acompañarlos y esta es mi prioridad, además es una cosa muy importante para los Estados Unidos”, estableció.
Asimismo, se mostró poco optimista ante la posibilidad de un acuerdo político que permita la regularización de una buena parte de los migrantes en la nación norteamericana.
Al respecto constató: “Este es un problema muy difícil porque existe una división muy grande en nuestro Congreso en este momento. Por desgracia creo que (el acuerdo) será posible sólo hasta después de la próxima elección”.
Aseguró también que en Estados Unidos la gente ama mucho al Papa Francisco, tanto los católicos como los no católicos, porque lo perciben como un hombre auténtico y sincero, cuya vida está guiada por la verdad.
Sostuvo que esta es una cualidad importante para los líderes, que siempre tienen la tentación de caer en la autosuficiencia, pero el Papa habla con un lenguaje accesible y cercano. “Un líder no es un jefe, debe ser un hombre que conduce a la comunidad”, estableció.
Al referirse al próximo viaje apostólico a Estados Unidos (previsto del 22 al 27 de septiembre), destacó que él aterrizará en Washington procedente desde Cuba y “como un inmigrante”.
“Esto es importante para nuestro país en este momento. Somos un país de inmigrantes, esto es muy simbólico para nosotros”, insistió.
Rechazó que en su país exista resistencia contra el Papa y aseguró que sus connacionales “lo acogerán con los brazos abiertos”. Empero, reconoció que algunos sectores se han manifestado contra la encíclica sobre la ecología, ‘Laudato Si’, pero estableció que “son muy pequeños y reducidos”.
Asimismo, consideró que ese documento puede abrir un nuevo debate sobre cómo debería pensar Estados Unidos su futuro industrial y económico.
“Debemos reconocer que nuestra vida debería cambiar por un estilo más simple. No es posible sostener en el futuro una vida de consumismo y autosatisfacciones. Es importante reconocer que somos una comunidad global y el Papa ha dicho esto, los estadunidenses lo saben y ellos podrían cambiar”, apuntó.