Nueva York.- Los habitantes de la costa este de Estados Unidos, que hicieron lo que pudieron para sobrellevar una gran ventisca de nieve durante el fin de semana, afrontaban nuevos desafíos el lunes con el comienzo de la semana laboral: carreteras resbaladizas, transporte público irregular y montañas de nieve que sepultaban los autos y bloqueaban los accesos.
Para muchos, el fin de semana se extendió al lunes debido al cierre de escuelas y oficinas del gobierno. Las autoridades recomendaron evitar los trayectos innecesarios por carretera, a pesar de que se esperaban retrasos o cancelaciones en los trenes de corta distancia.
La tormenta dejó nieve desde la costa del Golfo a la región de New England, con nevadas récord de Washington D.C. a la ciudad de Nueva York. Al menos 30 muertos se atribuyeron al clima, y hubo tantas víctimas por palear nieve y respirar monóxido de carbono como por accidentes de tránsito.
Las nevadas comenzaron el viernes, y los últimos copos cayeron antes de la medianoche del sábado. Después, los equipos de trabajo se apresuraron todo el domingo en despejar calles y aceras.
El brillante sol del domingo y el suave aumento de temperaturas ofreció un respiro tras la ventisca y registró un récord de 29,2 pulgadas en Baltimore. La tormenta no pudo ser más oportuna, al coincidir con el fin de semana y permitir que muchos disfrutaran de un hermoso día de invierno.
El terreno fue idóneo para la enorme guerra de bolas de nieve en Baltimore, en donde más de 600 personas respondieron a la invitación de Aaron Brazell en Facebook.
“Sabía que las personas estaban encerradas en sus casas y ansiosas por salir”, dijo Brazell, quien recibió varios impactos de bolas de nieve suaves, pero firmes. Pero un día de sol no bastó para despejar las carreteras.
En muchos barrios, la nieve sepultaba los autos, y en algunos lugares se apartaba con máquinas. En el centro de Filadelfia, montañas de nieve bloqueaban algunos accesos a viviendas.
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, instó a la gente a dejar los autos bloqueados toda la semana en su sitio, tras un récord registrado en Central Park de 26,6 pulgadas de nieve en un día.
Ese consejo llegó demasiado tarde para Bob Raldiris, que intentó desbloquear su Nissan Maxima en Ridgewood, Queens, antes de que los camiones y topadoras de nieve estropearan su trabajo al apartar la nieve de la calle. “Esto es terrible”, dijo señalando a una montaña de nieve de un metro (tres pies) de alto.
Las oficinas federales permanecerían cerradas el lunes, y Virginia dijo a sus trabajadores estatales que se quedaran en casa. Las escuelas entre Washington y Jersey Shore dieron a los alumnos el lunes libre. En los alrededores de Washington, D.C. también se cancelaron las clases del martes.
La autoridad de tránsito de Nueva York indicó que casi todos los servicios de transporte público funcionarían a tiempo para la hora punta del lunes, incluido casi el 80% del Long Island Rail Road.
Para el Long Island Rail Road, tres de sus 12 rutas habían sido restablecidas, y otras tres operaban con trenes a diesel.
En Nueva York, el alcalde Bill de Blasio exhortó a los residentes a dejar sus automóviles estacionados si quedaron bloqueados por la nieve, tras una nevada récord de 676 centímetros (26,6 pulgadas).
Volar seguía siendo complicado, tras la cancelación de casi 12.000 vuelos el fin de semana. Los aeropuertos retomaron servicios limitados en la ciudad de Nueva York, Baltimore y Filadelfia, que dijo haber recibido en dos días la nieve que suele registrar en todo el invierno. Los aeropuertos de la zona de Washington seguían cerrados el domingo tras la dura ventisca.
El senador Dick Durbin iba en un vuelo desde Springfield, Illinois, a Chicago la madrugada del lunes, para luego viajar a Washington. El demócrata por Illinois dijo no estar seguro si podrá llegar a Washington ese mismo día, pero añadió que eso ya le ha ocurrido antes.
“Los que pasamos parte de nuestra vida en Washington sabemos que con las nevadas, siempre puede ocurrir lo peor”, comentó.