Washington.- El gobierno de Estados Unidos anunció hoy que apelará ante la Suprema Corte de Justicia el dictamen de una corte de Nueva Orleans que mantiene suspendida la aplicación de las medidas ejecutivas de alivio migratorio ordenadas por el presidente Barack Obama.
La decisión anunciada aquí por el Departamento de Justicia llevará ante la última instancia judicial del país para su deshago final, el litigio legal entre el gobierno federal y 26 estados opuestos a las acciones ejecutivas dictadas por el mandatario el año pasado.
“El Departamento de Justicia está en desacuerdo con el fallo adverso (de la corte) del Quinto Circuito y tiene la intención de buscar una revisión más amplia de la Suprema Corte de Justicia”, dijo el vocero de la dependencia Patrick Rodenbush.
El dictamen, emitido el lunes por un panel de tres jueces, prolonga la suspensión dictada antes por el juez federal Andrew Hansen para que el gobierno implemente las medidas ejecutivas, en respuesta a la demanda de 26 entidades encabezada por Texas.
En noviembre pasado Obama dictó dos acciones de alivio migratorio después de que los republicanos dejaron en claro su negativa para aprobar una reforma migratoria durante su presidencia.
Bajo una de estas acciones el gobierno ampliaría a partir de febrero el Programa de Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA), beneficiando a unos 300 mil jóvenes indocumentados adicionales.
Igualmente pondría en vigor una variante para adultos conocida como DAPA, y la cual buscaba beneficiar a más de cuatro millones de inmigrantes indocumentados que son padres de menores ciudadanos estadunidenses, o bien que son residentes permanentes.
Rodenbush dijo que el Departamento de Justicia mantendrá su compromiso de tomar los pasos que permitan resolver el litigio “tan pronto como sea posible”.
Confío que un pronto desahogo favorable de este caso permitirá al Departamento de Seguridad Interna (DHS) priorizar la deportación de quienes son un riesgo a la seguridad ciudadana, “y no de quienes tienen lazos de larga data con el país y están criando niños estadunidenses”.
El líder demócrata del Senado, Harry Reid, calificó el fallo de la corte como una “movida política” que ignoró el precedente jurídico establecido por acciones ejecutivas adoptadas por administraciones anteriores en el ámbito migratorio.
Reid acusó a los republicanos por la persistente disfuncionalidad del sistema migratorio dada su oposición para aprobar una amplia reforma migratoria, “y confió en que la Suprema Corte determinará que las acciones del presidente son legales.
Por su parte, el congresista demócrata por Chicago, Luis Gutiérrez, dijo que el reloj sobre el futuro de estas acciones y de millones de inmigrantes indocumentados está en manos de la Suprema Corte, por lo que confió que la resolución sea rápida.
“Las cortes inferiores han retrasado la justicia, pero la ley y en sentido común están claramente del lado del presidente y sólo es cuestión de tiempo para que estas acciones de acción diferida sean implementadas de manera total”, dijo.