Washington.- Una nevada leve que paralizó el tránsito en y alrededor de la capital estadounidense el miércoles por la noche fue el preludio ominoso de una enorme nevada que se acercaba el jueves y amenazaba el noreste de Estados Unidos.
La capa de menos de dos centímetros de nieve que cayó el miércoles en la noche en la capital del país, Washington, así como en Maryland y el norte de Virginia se congeló inmediatamente en los caminos, lo que causó centenares de accidentes, en tanto que numerosos automovilistas quedaron varados durante horas.
El presidente Barack Obama no escapó a los efectos de la nieve. Su caravana tuvo que avanzar lentamente y resintió las calles resbaladizas que conducen a la Casa Blanca.
La alcaldesa del Distrito de Columbia, Muriel Bowser, ofreció sus disculpas a los habitantes de la ciudad, y dijo que era necesario haber enviado un número mayor de camionetas para esparcir sal antes de la llegada de la nieve, un error que dijo, no se repetirá con vistas a la tormenta prevista para el viernes
“Lamentamos bastante la reacción inadecuada”, dijo Bowser, que declaró el estado de emergencia durante 15 días en antelación a lo que tal vez sea una nevada enorme sin precedentes. “Debimos haber salido antes con más recursos”.
Los pronósticos de un clima complicado aumentaron las preocupaciones entre los habitantes, que se preparaban a toda prisa para enfrentar una gruesa capa de hasta 60 centímetros (dos pies) de nieve húmeda y condiciones de ventisca en toda la región del noreste de Estados Unidos.
Debido a las condiciones de hielo hubo accidentes en los que perdieron la vida dos conductores en North Carolina y uno en Tennessee. Un quitanieves que efectuaba sus labores mató a un transeúnte en Maryland.
“Va a estar peligroso afuera”, declaró Tonya Woods, de 42 años, gerente de una estación del Metro. Su trayecto de manejo cuando regresaba a su casa fue más largo de lo usual el miércoles en la noche hasta Clinton, suburbio de Maryland.
“Considero que deberían paralizar actividades”, agregó.
La mayoría de los distritos escolares abrieron tarde el jueves o cancelaron las clases.
Bowser anunció la cancelación preventiva de las clases el viernes y que el gobierno de la ciudad cerraría oficinas al mediodía, horas antes de la tormenta prevista.
Fueron cancelados los partidos de basquetbol colegial, los conciertos de Garth Brooks y otros eventos que fueran a desarrollarse en zonas ubicadas en la ruta de las nevadas.
Los empleados federales aguardaban saber si irían a trabajar o no el viernes.
También se declaró el estado de emergencia en North Carolina, Virginia, Maryland y Pennsylvania, donde cuadrillas salieron a trabajar el jueves en los caminos.
Estaban vigentes las alertas de una gran tormenta de nieve en la ruta que seguiría el meteoro, desde Arkansas hasta Tennessee y Kentucky, hasta estados del noreste y tan distantes como Nueva York.