Des Moines, Iowa.- En una prueba de altas apuestas que enfrenta el entusiasmo con la organización, el republicano Donald Trump y el demócrata Bernie Sanders esperaban convertir el lunes la energía de los votantes en victoria en las primarias de Iowa, mientras Ted Cruz y Hillary Clinton confiaban en sofisticadas estrategias para conseguir votos en las que han trabajado durante meses.
Las asambleas de partido en Iowa, conocidas como caucus, dan comienzo a las primarias para elegir a los candidatos presidenciales de 2016. Se abre así una nueva etapa en una accidentada campaña electoral que ha mostrado la profunda frustración de los estadounidenses con Washington y dado espacio a candidatos a los que pocos veían con opciones de victoria cuando entraron en la disputa.
Tras meses de campaña y con más de 150 millones de dólares invertidos en publicidad, la carrera por la supremacía en Iowa está ajustada en ambos partidos. Entre los republicanos, Trump parece tener una ligera ventaja sobre Cruz, un combativo senador de Texas. Clinton y Sanders iniciaban el lunes una carrera demócrata inesperadamente igualada, que reavivó los recuerdos del decepcionante resultado que tuvo en Iowa la ex secretaria de Estado hace ocho años.
“Quédense conmigo”, dijo el domingo Clinton a sus seguidores en un acto en Council Bluffs. “Quédense con un plan. Quédense con la experiencia”.
Sanders, senador de Vermont y que ha reunido grandes y jóvenes multitudes en todo el estado, instó a los votantes a ayudarlo a “hacer historia” con una victoria en Iowa.
En una demostración de poderío financiero, la campaña de Sanders anunció el domingo que había recaudado 20 millones de dólares sólo en enero. Aunque Sanders tiene un equipo grande en Iowa, su campaña empezó algo tarde, en especial comparada con la de Clinton, que tiene personal en el estado desde hace casi un año.
Las primarias del lunes también serán la primera prueba real de si Trump puede convertir en votos la legión de seguidores atraídos por su directa retórica populista. Se desconoce el tamaño del equipo del magnate en Iowa, aunque el propio Trump ha intensificado su calendario de campaña durante el último sprint, incluidos dos mítines el lunes.
Cruz ha diseñado su campaña a la medida de otros que ganaron en Iowa en el pasado, visitando los 99 condados del estado y cortejando a influyentes líderes evangélicos y conservadores. El estado parece hecho a medida para su combinación de conservadurismo sin compromisos, y si pierde ante Trump se considerará que no ha cumplido las expectativas.
En un intento de mitigar las expectativas, Cruz dijo el domingo que simplemente está contento con estar en la lucha.
“Si hace un año me habrían dicho que a dos días de los caucus de Iowa estaríamos igualados, empatados en la práctica por primera vez en el estado de Iowa, me habría entusiasmado”, dijo Cruz.
El senador se ha pasado los últimos días de campaña centrado en Marco Rubio, intentando garantizar que el senador de Florida no se cuela en segundo lugar. Muchos republicanos consideran a Rubio una opción más tradicional que Trump o Cruz, aunque tendría que mantenerse competitivo en Iowa para mantener sus opciones.
Todas las campañas mantenían la vista puesta en el clima. Parecía más probable que la previsión de nevadas a partir del lunes pudiera afectara a los planes de viaje de los aspirantes de salir de Iowa que al interés de los votantes.
El republicano John Kasich ya había salido hacia New Hampshire, mientras que el gobernador de New Jersey Chris Christie y el exgobernador de Florida Jeb Bush tenían previsto hacer lo mismo el lunes por la tarde, horas antes de que comenzaran las asambleas.
El trío de gobernadores ha tenido poco impacto en Iowa y se ha centrado en cambio las primarias de New Hampshire del 9 de febrero para dar comienzo a sus carreras hacia la Casa Blanca. Pero algunos republicanos temen que si Trump o Cruz consiguen una gran victoria en Iowa, pueda ser difícil frenar su trayectoria.
A diferencia de las primarias convencionales, donde los votantes pueden depositar sus papeletas a lo largo de todo el día, los caucus comienzan en Iowa a las 7 de la tarde CST. Los demócratas se reunirán en 1.100 lugares y los republicanos en casi 900 puntos.
Se espera una alta participación. El Partido Republicano de Iowa esperaba que sus datos de asistencia superasen el récord previo de 120.000 personas en 2012. También los demócratas preveían cifras altas, aunque no tantas como el récord de 240.000 personas que acudieron a las asambleas de 2008 que decidían entre Clinton, Barack Obama y John Edwards.
Iowa ha ofrecido resultados dispares a la hora de elegir a los candidatos de los partidos. Los dos últimos ganadores de las asambleas republicanas —el exgobernador de Arkansas Mike Huckabee y el exsenador de Pennsylvania Rick Santorum— vieron sus opciones desvanecerse al avanzar la carrera. Pero la inesperada victoria de Obama en 2008 fue clave para su camino a la candidatura, al calmar las preocupaciones de los que temían que el joven senador negro tuviera problemas para conseguir votos de blancos.
Aunque ambos partidos celebran sus caucus la misma noche, lo hacen con reglas distintas.
Los republicanos votan con papeletas secretas. Los 30 delegados republicanos del estado se asignan de forma proporcional en función del voto en todo el estado.
Los demócratas tienen una estrategia más interactiva, en la que los votantes forman grupos y declaran públicamente su apoyo a un candidato. Si el número de personas en un grupo es menor del 15% del total, pueden elegir no participar o sumarse al grupo de otro candidato viable.
Esas cifras se asignan de forma proporcional en función de la votación en el estado y distritos de Congreso, y los demócratas de Iowa determinan sus 44 delegados para la convención nacional.