Albuquerque, New Mexico.- La gobernadora de New Mexico, Susana Martínez, logró finalmente que los legisladores aprobaran una revisión que ella pretendía desde hace tiempo a una ley estatal que permite a los inmigrantes que viven sin permiso en el país obtener licencias de conducir.
Sin embargo, tuvo un costo.
Desde que asumió el cargo, la única gobernadora republicana e hispana de la nación enfrentó acusaciones de racismo y de impulsar una “agenda anti-inmigrante”.
Los detractores de Martínez la describieron como una mala católica y cuestionaron las gestiones de su gobierno para conseguir más extensiones del Departamento de Seguridad Nacional federal a fin de evitar la aplicación de normativas más estrictas de la ley federal sobre documentos de identificación, llamada REAL ID.
Martínez afirmó que ella quería cambiar la ley como una medida de prevención contra fraudes, no contra la inmigración.
El pasado fin de semana, el Senado de Nuevo México —de mayoría demócrata— y la Cámara de Representantes local —de mayoría republicana— aprobaron una iniciativa mediante la cual los residentes podrán solicitar licencias de manejo en conformidad con la ley REAL ID o simplemente credenciales que los autorizan a conducir vehículos.
De acuerdo con la iniciativa, los inmigrantes podrán obtener las credenciales de manejo después de que se les tomen las huellas dactilares.