Washington.- La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) recomendó hoy al Departamento de Justicia no presentar cargos criminales en contra de Hillary Clinton por el manejo de información clasificada en correos electrónicos a través de un servidor personal, durante su gestión como Secretaria de Estado.
Aunque el anuncio hecho aquí por el director del FBI, James Comey, eliminó una potencial seria amenaza para las aspiraciones presidenciales de la ex primera dama, la investigación concluyó que tanto Clinton como su personal más cercano fueron “extremadamente negligentes” en el manejo de esta información.
En rueda de prensa, Comey reveló que la ausencia de efectivas salvaguardas cibernéticas en el servidor privado establecido por Clinton, la hizo vulnerable por lo que es posible que “actores hostiles” hayan “ganado acceso” a su cuenta personal de correo electrónico mientras esta viajó fuera de Estados Unidos.
Empero, dijo, no existe evidencia de que hayan habido “violaciones potenciales” de los estatutos que regulan el manejo de información clasificada, y que los fiscales que fueron parte de la investigación no encontraron elementos que pudiera justificar un encauzamiento criminal.
“Al revisar nuestra investigación en torno al manejo indebido o retiro de información clasificada, no podemos encontrar un caso que apoye la presentación de cargos criminales en estos hechos”, dijo.
Comey dijo que pese a que tanto Clinton como su personal evidenciaron un descuidado tanto en la instalación del servidor privado como en el manejo de información oficial clasificada o sensible, nada en su actuación sugirió “mala conducta intencional o deslealtad a Estados Unidos u obstrucción de la justicia”.
Esta conclusión no sugiere de manera alguna que quienes han incurrido en tales faltas están exentas de castigo, explicó, pudiendo enfrentar sanciones administrativas o de seguridad, “pero eso no es lo que estamos decidiendo hoy”.
“Aunque el Departamento de Justicia es el que toma la última decisión en asuntos como este, estamos expresando nuestro punto de vista al departamento de que ningún otro cargo es apropiado en este caso”, precisó.
Pese a que desde el inicio de la investigación, Clinton insistió que la información que tanto ella como su personal manejaron a través de su servidor no fue clasificada y de naturaleza, sensible, las conclusiones de esta investigación la desmintieron.
Comey dió a conocer que un pequeño número de los 30 mil correos electrónicos que fueron sujetos de la investigación presentaban etiquetas que indicaban la presencia de información clasificada en su contenido.
Más aún, de la totalidad de correos, en 110 de estos las agencias federales que fueron originarias de la información determinaron que 52 contenían información clasificada al momento que fueron enviados.
De estos, ocho contenían información determinada como “máximo secreto” al momento de su envío; 36 más contenían información secreta y ocho información confidencial, siendo este el nivel bajo en la escala de clasificación.
El jefe del FBI reconoció que las conclusiones de la investigación darán lugar a un intenso debate publico, por lo que insistió en señalar que la pesquisa se llevó a cabo con honestidad, confidencialidad e independencia, sin influencia externa alguna.
“Se que hubo muchas opiniones de gente que no fueron parte de la investigación, incluyendo gente en el gobierno, pero nada de eso fue importante para nosotros. Las opiniones son irrelevantes y no fueron alimentadas por la investigación, porque nuestra investigación fue hecha de manera correcta, sólo los hechos cuentan”, dijo.
El debate público en torno a la investigación se avivó dos semanas atrás después de revelarse un encuentro privado entre la Procuradora de Justicia de Estados Unidos, Loretta Lynch, y el ex presidente William Clinton, cuando ambos coincidieron en el aeropuerto de Phoenix Arizona.
Las críticas por la sospecha que el encuentro desató, incluyendo entre algunos demócratas, forzó la semana pasada a Lynch a declarar públicamente que aceptaría las recomendaciones del FBI, aunque no se recusó del caso a pesar de reconocer que mantiene una relación personal con la pareja presidencial.