Washington.- Falto de tiempo para impulsar una nueva agenda legislativa, Barack Obama soslayará al Congreso y hablará directamente al pueblo estadounidense en su último discurso sobre el Estado de la Unión, con la intención de definir su presidencia y su legado antes de que otros lo hagan en su lugar.
En el séptimo discurso de Obama ante ambas cámaras del Congreso, en lugar de la lista consabida de grandes propuestas, nuevas políticas y exhortaciones a la aprobación de leyes, habrá un balance general de lo realizado desde 2009 y lo que falta por realizar en el último año de la presidencia.
Colaboradores del presidente dijeron que el martes por la noche presentará su visión del país en 2016 y el rumbo que espere que tome en lo sucesivo. En la medida de lo posible, Obama tratará de insuflar energía a una serie de iniciativas que espera se prolongarán más allá de su presidencia.
Los asesores que se reunieron con Obama cuando preparaba sus medidas ejecutivas para el control de armamentos dicen que el presidente dio las siguientes instrucciones: “Todo lo que se haga este año hay que infundirle la sensación de que es posible” y “nadie levante el pie del acelerador”.
A pesar de la caída inexorable en la debilidad de los últimos meses y el partidismo del año electoral, Obama se siente envalentonado por éxitos recientes en uno de los tramos más productivos de su presidencia.
Durante 2015 alcanzó un acuerdo nuclear con Irán, reanudó las relaciones diplomáticas con Cuba, logró un pacto climático global y un acuerdo comercial con Asia-Pacífico y negoció un acuerdo presupuestario con el Congreso dominado por los republicanos. El desempleo ha caído al 5% y ante la confianza renovada en la economía la Reserva Federal ha empezado a elevar las tasas de interés.
El secretario general de la presidencia, Denis McDonough, dijo que Obama piensa citar esos logros para fundamentar su afirmación de que “hemos recuperado Estados Unidos”.
Si bien Obama quiere mantener el impulso, la campaña presidencial podría ahogar su voz. La Casa Blanca dispuso realizar el discurso este año antes de la fecha habitual en parte para darle al presidente un margen de maniobra antes del primer pronunciamiento de los votantes: las asambleas de Iowa el 1 de febrero.
Algunos demócratas se sienten consternados porque Obama no utilizará el discurso para promover a los candidatos del partido en las elecciones de noviembre. Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que no faltarán oportunidades para que el presidente intervenga en la campaña.
Todo lo que diga o haga el presidente repercute sobre la campaña. Los republicanos han aprovechado las medidas unilaterales de Obama sobre control de armas, uno de los temas del discurso del martes, como ejemplo de por qué no se puede confiar en los demócratas.
La gobernadora republicana de South Carolina, Nikki Haley, considerada una posible candidata a vicepresidente, dará la respuesta de su partido al discurso presidencial.
Obama planea viajar a Nebraska el miércoles y a Louisiana el jueves para promover sus prioridades.