Washington.- Preocupados por la “violencia de republicanos contra republicanos”, grandes donadores de ese partido han tomado medidas.
Uno de ellos emitió una carta haciendo un llamado a la civilidad, mientras que otro busca evitar que el empresario Donald Trump participe en el debate.
Foster Friess, un inversionista con sede en Wyoming y uno de los 20 principales donadores del Partido Republicano en la pasada contienda presidencial, emitió a fines de la semana una carta dirigida a los 16 precandidatos presidenciales y al Comité Nacional Republicano en la que pidió a los contendientes que se mantengan en el “resguardo de la civilidad”.
“Nuestros (pre) candidatos se beneficiarán si todos se adhieren al undécimo mandamiento de Ronald Reagan, ‘No hablarás mal de un compañero republicano”’, escribió Friess en una carta dirigida al presidente del Comité Nacional Republicano Reince Priebus, copia de la cual obtuvo The Associated Press.
En la misiva, Friess afirma tener el respaldo del magnate de casinos Sheldon Adelson y del copropietario del equipo de béisbol Cachorros de Chicago Todd Ricketts. “¿Se unirían al esfuerzo de inspirar una manera más civilizada de plantear sus puntos de vista?”, escribió Friess. “Si ellos se desvían del ‘resguardo de la civilidad’, comuniquémosles eso de inmediato”.
El llamado a la calma llega en momentos en que la enorme cantidad de precandidatos republicanos muestran signos de que podrían volcarse en una pelea a mano limpia por la nominación, un panorama que los donadores de élite del partido ven como una alarmante repetición de lo ocurrido hace cuatro años.
Trump incomoda
El gobernador de Nueva Jersey Chris Christie dijo el lunes que los republicanos no necesitan las “disertaciones” del senador federal de Texas Ted Cruz. El gobernador de Wisconsin Scott Walker frecuentemente desestima a los republicanos en el Congreso diciendo que hacen poco; y el senador republicano de Kentucky Rand Paul regularmente hace críticas de sus adversarios republicanos mencionándolos por su nombre.
No obstante, ningún precandidato ha inyectado más provocación a la campaña para las elecciones primarias del Partido Republicano rumbo a la elección presidencial de 2016 que Trump.
Aunque pocos dirigentes del partido ven al magnate inmobiliario como un candidato creíble, él ha atacado verbalmente a una creciente cantidad de críticos republicanos que han condenado sus comentarios recientes sobre inmigrantes mexicanos, a quienes calificó de criminales y violadores. Durante el fin de semana, Trump colocó en su cuenta de Twitter un mensaje de otro usuario que decía que al ex gobernador de Florida Jeb Bush “le tienen que gustar los ilegales mexicanos por su esposa”, Columba, quien nació en México.
De campaña en Nueva Hampshire durante el fin de semana, Bush dijo que él tomaba de manera personal los comentarios de Trump. El multimillonario no se ha disculpado, pero dijo la tarde del lunes que “alguien más” retuiteó el mensaje y “yo no sé nada al respecto”, a pesar de que fue en su cuenta.
Trump se mantuvo firme en sus comentarios sobre inmigrantes, y el lunes afirmó que “el gobierno mexicano está haciendo que la gente más indeseable venga a Estados Unidos”, y que “criminales, narcotraficantes, violadores están entre ellos”. Agregó que “mucha gente fabulosa” viene de México y Estados Unidos es mejor por ellos, pero que este país es “un basurero para México”.
El donador republicano John Jordan dijo el lunes que líderes del Partido Republicano deberían tomar medidas para bloquear el acceso de Trump al primer debate presidencial de precandidatos, a realizarse a inicios de agosto.
“Alguien en el partido debería empezar una especie de petición que diga: ‘Si Trump va al debate, yo no estaré ahí”’, dijo Jordan a la AP.
“Es algo que siento como alguien a quien no sólo le importa el Partido Republicano, sino también los latinos”, agregó.