“De manera efectiva he rescindido mi orden instituyendo un toque de queda en toda la ciudad. Quiero agradecerle a Baltimore por su paciencia”, anunció Rawlings-Blake a través de un mensaje en su cuenta oficial en la red de Twitter.

La medida implementada de las 10 de la noche a las cinco de la madrugada fue decretada el pasado martes tras la violenta jornada la noche del lunes después de los funerales del afroestadunidense Freddy Gray.

Gray, de 25 años de edad, murió el pasado 19 de abril en un hospital de Baltimore a causa de lesiones en la espina dorsal, aparentemente producidas después de su arresto por oficiales de policía, en circunstancias que no han quedado claramente establecidas hasta ahora.

Rawlings-Blake indicó que su propósito fue mantener la medida por el tiempo que fuera necesario. “Creo que hemos alcanzado ese punto hoy”, manifestó.

Aunque la mayoría de la población acató la disposición durante los días que estuvo vigente, las autoridades detuvieron decenas de residentes que decidieron ignorarla, pero sin que se registraran nuevos enfrentamientos con la policía.

Esta tendencia continuó la noche del sábado en que la policía realizó más arrestos luego de que horas más temprano, miles de personas marcharon por varias calles de la ciudad y convergieron en una manifestación frente al edificio del gobierno citadino.

Pese al levantamiento de la medida, el estado de emergencia sobre la ciudad decretado el lunes por el gobernador de Maryland, Larry Hogan, se mantendrá de momento y con ello la presencia de elementos de la Guardia Nacional.

Hogan firmó la orden ejecutiva decretando la medida a petición del gobierno de la ciudad, que pidió el apoyo del gobierno estatal para responder a una situación que describió entonces como de “creciente violencia y agitación”.