Washington.- A seis meses de las elecciones presidenciales, la aritmética electoral favorece de manera clara a Hillary Clinton sobre Donald Trump para ganar la Casa Blanca, de acuerdo con dos de los más certeros expertos electorales del país.
El Colegio Electoral y no el voto popular es el gran elector de Estados Unidos, y para convertirse en presidente electo se requiere ganar 270 de sus 538 votos, que se distribuyen por cada uno de los 50 estados, y el Distrito de Columbia, con base al tamaño de la población.
Los expertos Charlie Cook, autor del prestigiado “Cook Polítical Report” y Stuart Rothenberg del “Rothenberg & González Report”, coinciden que la demócrata se encuentra en una cómoda posición para vencer a Trump, aunque el desenlace no estaría exento de sorpresas.
“Hillary Clinton arranca con un fuerte adelanto en 18 estados y el Distrito de Columbia, con un total de 217 votos electorales, que representan el 80 por ciento de los 270 necesarios para ganar”, de acuerdo con Cook.
En contraste, Trump parece aventajar en 21 estados “sólidamente republicanos” o que inclinan por los republicanos, que totalizan 190 votos electorales, 70 por ciento del total.
De acuerdo con Cook, la elección presidencial podría por ello dirimirse en 12 estados competitivos.
“Aquí es donde se pone complicado para Trump. Seis de esos 12 estados se inclinan por Clinton (Colorado, Florida, Nevada, Pensilvania, Virginia y Wisconsin). Esos representan 87 votos electorales, 34 más de los necesarios para ganar”, estima.
En la misma dirección, Rothenberg coincide en un análisis separado que Clinton “empieza con una ventaja decisiva en la competencia (aunque) un revés es posible”.
“El problema de Trump empieza con la demografía del electoral, aunque uno no lo sabría si se escucha la narrativa de su atractivo para los votantes blancos de la clase trabajadora”, señaló.
De acuerdo con el Rothenberg & González Political Report, Clinton aventaja en estados que totalizan 263 votos electorales, es decir sólo requeriría ganar esos estados y uno adicional que tenga más de 7 votos electorales para ganar el 8 de noviembre.
En contraste, Trump aparece como favorito para ganar en estados que suman apenas 206 votos electorales. El resto de los estados (Florida, Ohio, Virginia y Colorado) son considerados competitivos o empatados por los dos analistas.
Desde esa perspectiva, el voto latino podría ser decisivo en una virtual competencia cerrada, toda vez que representa una proporción significativa votantes en los estados decisivos, con la excepción de Ohio.
Para Cook, una de las pocas avenidas para un triunfo de Trump implicaría ganar los 27 estados del país que en este momento se inclinan a su favor y ganar al menos 27 de los 87 votos en alguno de los seis estados competitivos a favor de Clinton.
En contra de esa posibilidad opera nuevamente el hecho de que al menos en tres (Colorado, Florida y Nevada) de esos seis estados, el voto latino podría ser el fiel de la balanza, en momentos que ocho de cada diez electores hispanos repudian su candidatura.
La aritmética del Colegio Electoral no es un asunto menor en la política de Estados Unidos, pues los estadunidenses no eligen a sus presidentes de manera directa a través del voto popular.
De ser así, Albert Gore hubiera ganado las elecciones de 2000, toda vez que venció a George W. Bush en el voto popular, pero este se impuso en el Colegio Electoral con su controvertido triunfo en Florida por apenas 512 votos.
El número mágico para ganar la presidencia es de 270 votos electorales algunos de los grandes estados como California y Nueva York son demócratas, los sureños como Texas o Alabama son republicanos.
Por eso la atención política nacional estará centrada en los estados “columpio”, aquellos que se pueden inclinar para los demócratas o para los republicanos, como Colorado, Nevada, Florida, Pensilvania y Ohio.