Brasilia.- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, catalogó hoy como un “golpe” la decisión del Senado de separarla del cargo por 180 días, mientras es sometida a una investigación, y afirmó que luchará por concluir su periodo para el que fue electa en diciembre de 2018.
La decisión del Senado, “es un golpe (…) mi gobierno fue blanco insistente de sabotaje (…) crearon el ambiente propicio para el golpe”, aseguró la mandataria en una declaración televisada en cadena nacional.
Rousseff insistió en que no ha cometido ningún crimen o delito en su vida, y remarcó que va a luchar, “con todos los instrumentos legales”, para concluir su mandato para el que fue electa el 31 de diciembre de 2018.
Pidió a sus seguidores a mantenerse movilizados, “porque el pueblo sabe que la democracia se logra con la lucha”.
Rousseff quedará apartada del poder por 180 días mientras transcurre el juicio político contra ella en el Senado.
La oposición acusa a Rousseff de un “crimen de responsabilidad” punible con el “impeachment”, según la Constitución, cuando usó presuntamente artimañas contables por medio de créditos de instituciones públicas para cuadrar las cuentas de 2014 y 2015.