Bagdad.- El número de muertos por el atentado del fin de semana en el centro de esta capital ascendió a 250, con lo que se convierte en el más mortífero en Irak desde la invasión encabezada por Estados Unidos en 2003, informó hoy el Ministerio de Salud.
“La cifra de muertos por el ataque suicida del Estado Islámico (EI) en la zona comercial de Kerrada sigue aumentando y alcanzó los 250”, indicó el ministerio iraquí, según un reporte de la televisión Al Yazira.
Un atacante suicida detonó el domingo pasado un camión cargado de explosivos frente a la conocida tienda de helados Yabar Abu al Sharbat, en el central distrito capitalino de Kerrada, en medio de una multitud, durante el fin del ayuno del mes sagrado del Ramadán.
En una declaración, el ministerio destacó que entre las víctimas hay niños y mujeres, que estaban realizando sus compras para las celebraciones de Aid al Fitr, una festividad de tres días con la que culmina el mes sagrado del Ramadán, la cual inició este miércoles en casi todo el mundo musulmán.
El Ministerio de Salud no precisó una cifra de los heridos en el atentado, que estimó superan los 200, aunque admitió que la cifra de víctima fatales podría seguir en aumento ante la gravedad de muchos de los lesionados.
Responsables de la Policía y los servicios de emergencia en Bagdad revelaron en declaraciones a la prensa internacional, en calidad de anonimato, que todavía hay personas desaparecidas, y que aún no se concluye la remoción de escombros en la zona del atentado.
El anuncio del Ministerio de Salud sobre la cifra de víctimas se dio después de que el ministro del Interior, Mohammed al Ghabban, ofreció renunciar a su cargo, por considerar que las autoridades “había fallado en la seguridad”.
“He presentado mi dimisión al primer ministro”, anunció Al Ghabban la víspera en una rueda de prensa, en la que, sin embargo, dijo que podría revocar su renuncia “a condición de que se reforme el aparato de seguridad”.
Al Ghabban reveló que el camión usado en el atentado procedía de la provincia de Diyala, al norte de Bagdad, lo que significa que muy probablemente había burlado varios puestos de seguridad antes de llegar a la capital iraquí.
La responsabilidad de la seguridad en Bagdad está dividida entre el Ejército, Policía Federal y la local, por lo que Al Ghabban abogó porque los aparatos de seguridad actúen de forma coordinada y unificada.