Cracovia.- Francisco pudo volver por unos momentos a su tiempo de arzobispo en Buenos Aires, donde solía viajar en metro, al recorrer hoy las calles de Cracovia a bordo de un tranvía ecológico que le permitió tener un “baño de multitudes”.
Por la tarde de este jueves, Jorge Mario Bergoglio salió de la sede del arzobispado de esta ciudad y ahí mismo abordó el tren eléctrico preparado especialmente con los colores del Vaticano, blanco y amarillo, además de llevar la inscripción luminosa “Tranvía del Papa”.
Antes de abordar, el alcalde de Cracovia, Jacek Krupa, le entregó las llaves de la ciudad en un breve encuentro y luego el Pontífice se subió al vehículo acompañado por 15 jóvenes discapacitados y el arzobispo local, el histórico secretario personal de Juan Pablo II, Stanislaw Dziwizs.
El tranvía se abrió paso en medio de una multitud que en lugar de saludar al papamóvil, lo hacía hacia la ventanilla donde estaba el Papa, a quien se lo vio feliz bendiciendo constantemente a los fieles ubicados detrás de las vallas que acompañaron el recorrido de unos 800 metros.
Así Francisco se trasladó hasta el Parque Jordán, ubicado en la explanada arbolada Blonia, donde estaba prevista la realización de la fiesta de bienvenida con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud.
Más de 300 mil personas, en su mayoría jóvenes, ya abarrotaban el parque. Numerosos grupos de mexicanos se identificaron por sus banderas tricolores, sus sombreros de charro, sus pancartas y sus imágenes de la Virgen de Guadalupe.
Según los organizadores, los fieles provienen de 187 países del mundo. Francisco fue recibido por todos ellos al ritmo de una peculiar música de tango cantada en polaco. En el papamóvil recorrió buena parte de la explanada, mientras los jóvenes cantaban, saludaban y bailaban a su paso.
Mientras tanto, las fuerzas de seguridad mantuvieron un estricto operativo que incluyó unos 19 mil agentes de policía, además de otros 40 mil hombres y mujeres de todas las fuerzas del orden.