La Habana.- Cuando el papa Francisco y el patriarca de la Iglesia rusa ortodoxa Kirill se vean cara a cara el viernes, Cuba se habrá anotado una victoria diplomática sin par: haber conseguido ser la sede del primer encuentro en mil años de los líderes de ambas religiones cristianas y de una posible reconciliación simbólica entre Oriente y Occidente.
La cita abrirá, para la pequeña nación caribeña, un año en el que se espera la visita del presidente estadounidense Barack Obama y el cierre de las negociaciones de paz entre la guerrilla de las FARC y el gobierno colombiano para dar fin al conflicto armado más largo del continente.
Ambos sucesos más la visita de los líderes religiosos pondrán a la isla en el mapa mediático y, según expertos, también afianzará la imagen de una Cuba más abierta al mundo y un sitio apropiado para adelantar negociaciones.
“De actor revolucionario, aislado entre los estados del hemisferio occidental, con la excepción de México y Canadá, Cuba ha pasado a ser vista como un país en trasformación, insertado en el orden internacional vigente”, dijo a The Associated Press Arturo López-Levy, profesor de origen cubano la Universidad de Texas-Rio Grande Valley.
“Varios de esos actores del status quo como el gobierno colombiano y el papado quieren aprovechar las credenciales que Cuba tiene”, agregó López-Levy.
Si todo va según lo previsto el presidente cubano, Raúl Castro, consolidará un legado de política exterior que los expertos perciben como de menos confrontación que el propiciado por su hermano el ex gobernante Fidel Castro en el marco de las tensiones con Estados Unidos y el envío de tropas cubanas o consejeros a África, Asia y América Latina.
“Fidel Castro construyó una proyección internacional fuerte y bastante exitosa”, dijo analista y experto en Cuba del Baruch College de Nueva York, Ted Henken, en referencia al ex gobernante, hermano del actual mandatario que encabezó la revolución en 1959 y gobernó a Cuba hasta 2006, cuando una enfermedad lo alejó del poder. “Raúl ha utilizado cada vez más (ese legado) de una manera más conciliadora y en la construcción de puentes”.
Los jerarcas religiosos aprovecharán su tránsito por la región para adelantar el histórico encuentro: Francisco aprovechará su viaje a México y Kirill su gira latinoamericana que contempla además de la visita a la pequeña comunidad ortodoxo cubana y a las autoridades locales, un recorrido por Paraguay, Chile y Brasil.
Hasta donde se conoce el Papa, quien ya estuvo en septiembre pasado en Cuba, y el Patriarca se entrevistarán en un salón de protocolo aeropuerto José Martí de La Habana para sellar una reconciliación luego de un cisma que distanció a la iglesia de Roma y a la de Rusia en el año 1054. También darán a conocer una declaración conjunta.
Aunque el tema parezca tan ajeno a Cuba, la elección del terreno que las partes de ambas iglesias calificaron de “neutral” a lo largo de las conversaciones previas de años y la situación del gobierno de Raúl Castro por estos días luego del deshielo con Estados Unidos, no pasó desapercibido para los analistas.
Varios de los expertos consultados por la AP destacaron elementos claves para la elección de Cuba como escenario o en temas de mediación como la discreción que suele rodear a la isla con un fuerte control de la información y pocas filtraciones.
Además el bajo nivel de peligrosidad debido a la ausencia de terrorismo y un cuerpo diplomático extendido por todo el mundo que por su diversidad de contactos le permite mostrarse como un interlocutor válido a pesar de ser una isla pequeña.
“Hoy en día Cuba es un lugar ideal para conversaciones”, reflexionó Richard Feinberg, un ex funcionario estadounidense de la administración Clinton y profesor de política internacional en la Universidad de California, San Diego.
Para Feinberg las diferencias de estilo de ambos hermanos Castro también son importantes.
“Fidel fue ampliamente percibido como volátil y partidista”, mientras que su hermano Raúl se siente “más estable, más predecible y fiable, más reflexivo, por lo tanto, un mejor socio de negociación o de acogida”, agregó Feinberg.
De cualquier manera la reunión milenaria del patriarca y el papa Francisco traerá para Cuba algunos beneficios, en lo inmediato todos los reflectores de los medios de comunicación apuntarán a la pequeña isla del Caribe, mientras contribuirá a forjarse el prestigio de nación que contribuye a la paz mundial.
“Este encuentro…tiene que ver con razones muy específicas, no reproducibles, como las agendas de viaje de Francisco y Kiryll y el hecho de que Cuba tiene unas relaciones excelentes con la Santa Sede y el Kremlin”, explicó Lopez-Levy.
Sin embargo, reconoció Lopez-Levy, habrá ganancia para la isla. “Reforzara la imagen de una Cuba que se abre, y participa activamente en el escenario internacional”, señaló.