El Cairo.- Egipto enfrenta su tercera crisis aérea en siete meses luego de la desaparición de un Airbus A320 a unos 280 kilómetros de su costa occidental y a 45 minutos de su aterrizaje programado en esta capital.
El hecho es un golpe a los intentos de la nación de Medio Oriente por relanzar su sector turístico, dañado desde que fue depuesto el entonces presidente Hosni Mubarak, que gobernó de octubre de 1981 a febrero de 2011, casi 30 años.
Apenas el pasado martes 17 el jefe del departamento de turismo internacional de la Autoridad Egipcia de Turismo, Adel El Masry, reveló que países de Asia como Malasia y de América Latina eran sus objetivos para revivir este sector.
Recordó que antes de la caída de Mubarak, cada año llegaban a su país 14 millones de visitantes extranjeros. Pero en 2014, la cifra fue de 9.6 millones.
Se trató de una baja de 45 por ciento de acuerdo a cifras del Banco Mundial citadas por la agencia malasia de noticias Bernama, a la cual El Masry habló en su visita a Malasia para impulsar el sector turismo.
Malasia es uno de los objetivos donde Egipto quiere poner en marcha su estrategia MICE, es decir, el impulso a reuniones, incentivos, conferencias y exhibiciones que tengan a Egipto como sede.
Egipto también se ofrece como destino para turismo cultural, religioso, lunas de miel, aventuras y buceo, agregó el funcionario.
Egipto tiene seis sitios de rango internacional para conferencias y exhibiciones, con 260 mil cuartos de hotel disponibles, dijo también a Bernama.
Antes de 2011, 70 por ciento del turismo provenía de Europa, 18 por ciento de países árabes y 22 por ciento del resto del mundo.
Hace dos días El Masry subrayó que Egipto iba en la dirección correcta y la situación es mucho mejor y con estabilidad política.
En ese marco la caída al mar Mediterráneo de un Airbus A320 de su línea EgyptAir es un golpe a sus proyectos turísticos.
El 31 de octubre de 2015 un vuelo charter ruso con 224 personas en su mayoría turistas, despegó del balneario de Sharm el Sheij con destino a San Petersburgo, donde no llegó pues se estrelló tras 20 minutos de vuelo.
El pasado 24 de febrero, el presidente egipcio Abdel Fatah Sisi acusó que un atentado terrorista derribó la nave, en un intento de dañar las relaciones de su país con Rusia, Italia y otras naciones, afirmó.
El Ejército Islámico (EI), que actúa con fuerza en los vecinos Siria y Irak, confirmó al mandatario al atribuirse el atentado.
El 29 de marzo, un Airbus de AirEgypt fue desviado de su ruta doméstica Alejandría-El Cairo y aterrizó en el aeropuerto de Larnaca, Chipre, en un incidente que oficialmente no fue considerado un acto terrorista.
Seif Eldin Mustafa, de 59 años de edad, y considerado inestable emocionalmente, fue el autor del secuestro de la nave con 82 personas a bordo, que realizó con un cinturón de explosivos que tras su detención se mostró que era falso.
A inicios de abril pasado las autoridades de Chipre concedieron su extradición a Egipto, en un hecho que si bien no es considerado acto terrorista, puso en tela de juicio las medidas de seguridad.