La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) señaló en un reporte fechado en Ginebra que 180 mil 245 migrantes y refugiados han desembarcado este año en Europa, de los cuales 154 mil 227 han llegado a Grecia, 24 mil 927 a Italia, poco más de mil a España y 28 a Chipre.

La OIM anunció además que algunos cuerpos fueron recuperados este martes frente a las costas de Libia, en las cercanías de la localidad de Garabulli, aunque no pudo precisar si se trataba de las víctimas del naufragio de la semana pasada.

Durante varios días la veracidad de ese siniestro fue mantenida en duda, pero el 20 de abril el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) publicó un informe en el que algunos supervivientes confirmaron el naufragio que costó la vida a 500 personas.

La reconstrucción de la tragedia se realizó a partir del testimonio que presentaron al ACNUR en Kelemata, Grecia, 41 migrantes (23 somalíes, 11 etíopes, seis egipcios y un sudanés).

Según los testimonios, una embarcación en pésimas condiciones y en la que viajaban entre 100 y 200 personas partió a mitad de mes de la costa libia, en la zona de Tobruk.

Una vez en alta mar, en un lugar indefinido entre el país africano e Italia, los traficantes intentaron transferir a los indocumentados a otra barcaza más grande en la que ya había cientos de personas, pero a causa del sobrepeso la lancha mayor se volcó y naufragó.

Los 41 supervivientes viajaban en la barcaza más pequeña o la alcanzaron a nado y estuvieron a la deriva antes de ser rescatados el pasado 16 de abril, mientras que el naufragio habría ocurrido al menos tres días antes.

Todos los sobrevivientes fueron alojados de forma temporal en el estadio deportivo de Kalamata, mientras las autoridades locales, que se hicieron cargo de ellos, procedían a regularizar su situación.

Este naufragio ocurrió en vísperas del primer aniversario de la peor tragedia desde la Segunda Guerra Mundial en el mar Mediterráneo, en la que más de 800 migrantes murieron frente a las costas de Libia, el 18 de abril de 2015.

Esa es considerada una de las rutas más peligrosas y los expertos han advertido que su uso aumentará debido a la construcción de vallas en las fronteras de los países balcánicos vecinos a Grecia y al acuerdo entre la Unión Europea y Turquía para repatriar a los migrantes y refugiados salidos de sus costas.

El ACNUR ha denunciado que ese acuerdo constituye una violación de las convenciones internacionales sobre los derechos de los refugiados.

La portavoz en Italia del organismo, Carlotta Sami, indicó que no todos los países europeos tienen los mismos estándares y dijo que aunque Italia ha hecho “un gran esfuerzo” para recibir a miles de refugiados, aún debe trabajar para mejorar la calidad de la acogida.

Según datos oficiales, en 2015 un total de tres mil 771 personas perdieron la vida en el intento de cruzar el Mediterráneo, mientras que un año antes el número de fallecidos se ubicó en tres mil 500, frente a los mil 232 de los primeros cuatro meses de 2016.