México .- La historia de enfrentamientos entre las Selecciones de México y Estados Unidos es muy añeja, pero en los últimos años ha crecido y se han disputado el término “Gigante de la Concacaf”.
La primera vez que se vieron las caras fue en la eliminatoria a la Copa del Mundo Italia 1934, en la que el conjunto de las “barras y las estrellas” salieron con el triunfo por 4-2, en duelo disputado en Roma.
Esa derrota se la cobró México con 10 victorias en fila, entre amistosos y de eliminatoria a los Mundiales de Brasil 50, Suiza 54 y Suecia 58.
Tras un empate en el camino a Chile 62, el Tri sumó 13 partidos sin conocer la derrota, con saldo de 11 triunfos y sólo dos empates.
Fue hasta la eliminatoria de España 82 que los estadunidenses se quitaron ese yugo, al ganar 2-1 a México y en la final de la Copa Oro 91, la rivalidad comenzó a crecer, con el triunfo de los estadunidenses en la final, por 2-0.
A partir de ese momento, la paridad de fuerzas fue equilibrada y el Tri ha sufrido dolorosas derrotas ante su vecino del norte. La primera de ellas en cuartos de final de la Copa América Uruguay 95, en la que salió adelante al imponerse en penales.
La segunda y más significativa sucedió en los octavos de final de la Copa del Mundo Corea-Japón 2002, en la que México sucumbió 2-0, para terminar con sus sueños de avanzar a cuartos de final por primera vez en la historia de la justa mundialista, celebrada fuera del país.
También en Copa Oro han conseguido triunfos muy importantes, como fue en la final de la edición de 2007, con lo que el conjunto mexicano quedó marginado de la Copa Confederaciones Sudáfrica 2009.
La máxima goleada entre las dos selecciones favorece al Tri, con saldo de 7-2, la cual se ha dado en dos ocasiones. La primera en un amistoso de 1937 y la segunda en un juego eliminatorio a Suecia 58, ambas por 7-2.
Ambas escuadras se han enfrentado un total de 64 partidos, con 33 triunfos para México y 17 de Estados Unidos, además de 14 igualadas.
El duelo amistoso que sostendrán el próximo miércoles en San Antonio, Texas, puede ser preámbulo de lo que pueden vivir en la próxima Copa Oro, si ambas escuadras son capaces de llegar a la final.