Las Vegas.- La decepción que provocó el combate entre Floyd Mayweather Jr y Manny Pacquiao sigue ahí. Cualquiera que haya pagado 100 dólares para mirar por televisión una pelea carente de emociones, seguro se lo pensará dos veces antes de volver a gastar su dinero en una transmisión de “pago por ver”.
Ni Miguel Cotto ni Saúl “Canelo” Álvarez son culpables, pero la situación actual los obliga a trabajar más duro para vender la pelea entre ambos. Subirán al cuadrilátero el sábado por la noche para lo que sería la contienda más importante en la televisión restringida desde que 4,4 millones de viviendas contrataron la imagen del pleito Mayweather-Pacquiao en mayo.
Aunque la pelea es atractiva para los fanáticos del boxeo, de ningún modo igualará el récord observado hace seis meses. Pero a Óscar de la Hoya le agrada la contribución que este combate hará para el boxeo, aunque no sea tan impactante en la taquilla.
“Con Mayweather, todo se refería al negocio: cuántas contrataciones en pago por ver, cuánto dinero se ganaba”, dijo De la Hoya, el promotor de Álvarez. “Vamos a volver a las raíces del boxeo, donde si das la mejor pelea posible, todo llega por añadidura. Y éste es un perfecto ejemplo de lo mejor peleando contra lo mejor”.
Los seguidores de Gennady Golovkin discreparían. Sin embargo, el duelo Cotto-Álvarez podría ser el mejor del año en el mundo del boxeo. Y lo mejor para quienes gasten 69,95 dólares a fin de mirar la pelea en casa es que seguramente abundará la acción.
Desde luego, nada es seguro en el boxeo, e incluso un combate potencialmente atractivo puede tener sus problemas.
Cotto fue despojado esta semana de su título de las 160 libras, luego de que no accedió a las exigencias del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). El organismo quería que el boricua pagara una sanción de 300.000 dólares para conservar su cinturón.
Antes, Cotto había desembolsado ya 800.000 dólares para no enfrentar a Golovkin y medirse mejor al “Canelo”. Así, Álvarez conseguirá el cetro si gana.
“Por 1,1 millones de dólares puedo comprar cualquier cinturón y ser campeón de lo que yo quiera en mi casa”, dijo Cotto. “Pero esta pelea habla por sí sola. No necesito un cinturón para esta pelea”.
La contienda no se enmarca precisamente en la división de los medianos. Ambos púgiles accedieron a enfrentarse en un límite de 155 libras, más cercano al de los superwelter, para pactar el compromiso.
Independientemente del peso, el pleito en el casino Mandalay Bay luce interesante. Golovkin estará a un lado del ring, esperando enfrentar al ganador el año próximo. También andará por ahí el monarca invicto de los semipesados Sergey Kovalev.
Está por verse cuántas personas comprarán la transmisión. Los promotores esperan que una gran audiencia hispana genere 1,5 millones de adquisiciones, pero ello parece optimista, ante los efectos de la pelea Mayweather-Pacquiao.
“El problema es que quizás 2,3 millones de los 4,4 millones que compraron la pelea entre Mayweather y Pacquiao eran hogares que nunca habían contratado algo así, y no pagarán otra vez por una pelea porque fue un fiasco”, dijo De la Hoya. “Ahora, nuestro trabajo es traerlos de vuelta”.
De la Hoya considera que Álvarez es el próximo gran púgil, listo para acaparar las mejores fechas de mayo y septiembre en pago por ver, un ámbito en el que Mayweather fue amo y señor durante los últimos años.
El “Canelo” resulta ya atractivo en la TV. Su única derrota llegó en un combate ante Mayweather, donde el mexicano mostró que le faltaba experiencia para ganar.
“Si ‘Canelo’ logra una victoria sensacional ante Cotto, tendremos a la siguiente superestrella”, afirmó De la Hoya. “Es especial, y no puedo decir eso de muchos boxeadores. Está dispuesto a aprender y quiere ser grande”.
Cotto es también una atracción, aunque su carrera parecía acabada tras derrotas consecutivas ante Mayweather y Austin Trout en 2012. Recurrió al entrenador Freddie Roach para revivir su carrera, y ha derrotado a sus tres oponentes desde entonces.
“Todo lo que yo quería era recordarle su identidad anterior”, dijo Roach. “Él buscaba el nocaut, tuve que recordarle que, antes que nada, él es un boxeador”.
Mayweather afirma que se ha retirado, pero los fanáticos no necesitan un recordatorio de que hay todavía peleas interesantes en el horizonte. Golovkin llenó el Madison Square Garden en octubre, cuando se impuso a David Lemieux. Cotto-Álvarez podría cerrar el año con una gran contienda.
Tras la pelea Mayweather-Pacquiao, este nuevo combate es difícil de vender. Pero a diferencia de aquélla, podría valer el boleto.