San Luis Río Colorado, Son.- La comida acostumbrada por residentes de este estado, es una mezcla de sabores influida por Estados Unidos y la diversidad cultural derivada de la migración procedente del sur de México, consideran expertos.
De hecho, se puede considerar que no existe una identidad clara de la gastronomía, sino que los alimentos se ajustan a las necesidades momentáneas y modas de los pobladores, pero que en general sí tienen una preferencia por el sabor tipo fritanga.
El chef graduado en la Universidad de Arizona, Javier Coronel Yeomans, estimó que en la región se pueden encontrar diferentes menús, como el de diversos estados del sur del país, japonés, estadunidense o chino, “pero éstos en una adaptación mexicanizada tipo fritanga”.
Incluso, debido a la lejanía con el centro del país y a la dificultad en esta zona para encontrar en su totalidad ingredientes que caracterizan a la gastronomía poblana o michoacana, su sazón no se detalla como debe ser, dijo.
“Por eso se elaboran platillos como la birria de Jalisco, pero no con todos sus ingredientes típicos, sino con lo que hay”, expuso. Posiblemente en la localidad, las birrierías sean lo más abundante en oferta, debido a las necesidades de la población migrante.
Está también el caso de la comida china de esta región, donde no se prepara como en dicho país, sino que se incorporan algunos elementos fritos, y en el caso de la japonesa, que se ha cambiado porque no existe una cultura en cuanto al consumo de pescado crudo, observó.
“Por eso aquí en el caso de los sushis y sashimis, que originamente deben contener tiras de pescado crudo, aquí se acostumbra curarlos o saborizarlos con algo de limón, al igual como se hace con el ceviche”, comentó.
Coronel Yeomans, quien imparte cursos gourmet en el Centro de Capacitación para el Trabajo Industrial (Cecati) y en la Universidad Estatal de Sonora (UES), opinó que “en la región no hay una identidad clara en cuanto a una cocina tradicional”.
Los alimentos se ajustan a las necesidades momentáneas de los pobladores, estimó, “así que la conducta gastronómica de la región la dicta el origen y gusto momentáneo de la gente, en cuanto a lo que está de moda”.
Mezcla de sabores
Está el caso de los pavos navideños, a los cuales algunos de los residentes fronterizos le ponen chorizo y elote en el relleno, dijo, por eso han derivado en pavos adobados, para ajustarse a ese sabor mexicano incorporado.
Explicó que el tradicional pavo estadunidense se hornea saborizado con vino y mantequilla, y en el interior se le coloca un relleno de cubos de pan, carne molida, salchichas, verduras de ese país, semillas y frutos secos.
“Hablando de todas esas mezclas, que se puede observar en la región, producto de una multicultura, encontramos que en lugar de pavo los fronterizos preparan, por ejemplo, pollo con sabor teriyaqui”, expuso.
Tampoco las pizzas de la región se elaboran como en su natal Italia, opinó, pues se les incorporan muchos de los elementos que se han mencionado y de acuerdo a como la pida la gente.
El chef Javier Coronel comentó que incluso los residentes fronterizos de la región están divorciados de la comida típica sonorense, pues no son totalmente del gusto local alimentos como las panelas, queso cocido, carne con chile y el pinole sonorense tostado.
Dicha hibridación se observa incluso en los implementos de la cocina y en el equipo, pues en las calles de algunas ciudades se puede observar el uso de carritos diseñados especialmente para la venta de hot dogs y hamburguesas, pero en los cuales se sirven elotes, tacos, gorditas, mariscos, suchi o flautas.
El vendedor de hot dogs, Julián Rodríguez García, coincidió en que la comida de aquí es muy diferente a la que se encuentra en el sur de México y en Estados Unidos, donde trabajó algunas temporadas.
“Al otro lado el hot dog antes nomás te lo servían de pan, salchicha -winis-, mayonesa y mostaza, después ya le pusieron catsup. Aquí le ponemos chorizo, frijoles, aguacate, salsas, hongos, queso, verduras y lo más común es el tomate y la cebolla picados”, dijo.
Mencionó que a la gente lo que pida, pues los vendedores de comida lo único que tienen en mente a la hora de poner la carreta, abrir el puesto o restaurante, es vender lo más que se pueda.