Los Angeles.- Carlos Santana, nominado nuevamente al Latin Grammy por el álbum “Corazón”, dice que en su casa prefiere no guardar galardones ni nada que tenga que ver con Santana.
“Eso está en una oficina”, dijo el multipremiado guitarrista mexicano en una entrevista reciente. “En mi casa … soy solo Carlos, el mexicano. Me siento más cómodo de este modo, no tengo que levantarme y ver todas esas cosas”.
Santana, cuyos reconocimientos incluyen 10 premios Grammy y tres Latin Grammy, se mide en esta ocasión por los gramófonos al mejor álbum vocal pop contemporáneo y mejor video versión larga por “Corazón: Live From MEXICO – Live It To Believe It”.
“Tengo 67 años y por gracia de Dios logramos entrar en los Latin Grammy”, dijo el afamado músico, quien durante la ceremonia, prevista para el 20 de noviembre en Las Vegas, tiene previsto tocar con el astro de origen cubano Pitbull.
“Tocaremos una versión diferente de la canción de Tito Puente ‘Oye como va’ y traeremos mucha energía, como siempre”, adelantó.
Santana acaba de publicar un nuevo libro de memorias, “The Universal Tone: Bringing My Story to Light”, cuya versión en español estará disponible en abril de 2015 bajo el título “El tono universal: Mi historia en la luz”.
En éste, el guitarrista habla del ascenso a la fama de su banda tras su primera actuación en Woodstock y de su gran regreso en 1999 con “Supernatural”.
También narra la historia de su juventud en Autlán y Tijuana, México, donde su padre era un mujeriego que pasaba gran parte de su tiempo con prostitutas. Y revela con franqueza que fue abusado de niño y que de adulto usaba LSD.
Volver a visitar esos momentos de su vida para ponerlos en papel no fue difícil, asegura.
“No, porque le ofrecí todo a Dios”, explicó Santana. “He sanado todo, he cambiado todo, he perdonado todo y emocionalmente no invierto en las cosas negativas”.
“Todo lo que me ocurrió lo acepto como una lección espiritual; yo no soy lo que me pasó”, continuó. “Lo más importante para mí es aceptar la inocencia y la pureza en mi vida … La pureza y la inocencia son los regalos más grandes que existen en el mundo”.
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