El comediante volvió a su trabajo el lunes por primera vez tras el accidente, ocurrido el 26 de junio en su casa en Nueva York, con un yeso en la mano izquierda que se extendía casi hasta la uña de su dedo anular.

“Tropecé y me caí en la cocina sobre una alfombra trenzada que a mi esposa le encanta”, dijo. “Tengo muchas ganas de quemarla”.

Con el dedo tan feo como una “película de terror”, Fallon tomó un taxi a un hospital, donde le dijeron que lo pensó solo era un dedo fracturado era algo mucho más complicado, y lo enviaron a otro hospital. Recordó que le dijeron que mucha gente con la misma lesión ha perdido el dedo.

En la complicada cirugía tuvieron que sacarle una vena del pie para ayudar a reparar el dedo.

Pasar 10 días en el hospital fue como para volverse loco, dijo.

“Comencé a perder la cabeza a mitad de camino”, relató Fallon. “Comencé a leer libros sobre el significado de la vida”.

Sacó un ejemplar de un libro titulado “Man’s Search for Meaning” (“El hombre en busca de sentido”) y dijo que éste cristalizó sus propias ideas de lo que debe estar haciendo.

“Este es el significado de mi vida”, dijo el cómico de 40 años. “Encajo en la TV … si alguien está sufriendo en absoluto, este es mi trabajo. Estoy aquí para hacerlos reír. Estoy aquí para hacerlos pasar un buen rato”.

Fueron unas duras vacaciones de verano para el personal de “Tonight” de NBC. El compañero deFallon, Steve Higgins, dijo que pasó la mayor parte del tiempo en cama con la enfermedad de Lyme.

La ventaja de ser comediante, dijo Fallon, es que recibió muchos mensajes de amigos que lo hicieron reír. Y le hicieron ver lo gracioso de su caída.

“Si me hubiese visto a mí mismo”, dijo, “me reiría”.