La fiesta deportiva más grande de Estados Unidos cumple sus “bodas de oro” el domingo 7 de febrero. El Super Bowl 50 será disputado por los Broncos de Denver y las Panteras de Carolina en el Levi’s Stadium de Santa Clara, California.
El evento puede considerarse también la fiesta de la cerveza. Cada año, sólo en Estados Unidos se venden más de 50 millones de cajas de cerveza el día del evento deportivo.
No es para menos. De acuerdo con la consultora Nielsen, en 2015, en el Super Bowl XLIX, en el que los Patriotas de Nueva Inglaterra vencieron 28-24 a los Halcones Marinos de Seattle, 114.4 millones de televidentes siguieron el encuentro en EU. A nivel mundial, la audiencia alcanzó 180 millones de espectadores.
Una buena parte de esos aficionados acompaña el evento con una cerveza, como el presidente estadounidense Barack Obama, quien el año pasado, en una breve entrevista desde la cocina de la Casa Blanca, contó a Savannah Guthrie, de la NBC, que disfrutaría del partido con papas fritas, guacamole y cerveza.
La relación entre el Super Bowl y la milenaria bebida tiene también un componente de negocios. Cada año, la industria cervecera es uno de los principales anunciantes durante el magno evento de la National Football League (NFL). De acuerdo con la revista Forbes, este año cada anuncio de 30 segundos durante la transmisión del juego en EU costará cinco millones de dólares.
Kantar Media, firma de investigación de medios de comunicación, estima en que 2015 los 82 anuncios transmitidos generaron una derrama de 345.4 millones de dólares.