Phoenix .- El mariscal de campo Carson Palmer regresó a los emparrillados, para participar en el inicio de la segunda fase de pretemporada de Cardenales de Arizona, luego de la lesión en la rodilla que lo tuvo fuera de actividad por seis meses.
El estelar pasador tomará parte en la sesión de acondicionamiento físico de pretemporada, en la que practicó con el primer equipo, a fin de recuperar tanto su mecánica de lanzamiento como la fuerza en su rodilla izquierda, informó el equipo en su página en Internet.
Al respecto, Palmer aseguró sentirse “muy emocionado por las actividades del equipo, los mini-campos, los campos de entrenamiento, Nueva Orleans viniendo aquí (en la semana uno de temporada regular), ir a Chicago, uno empieza a pensar en todas esas cosas”.
El quarterback “emplumado” tuvo que alejarse de los campos por un desgarre en el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda que sufrió en su victoria de 31-14 sobre Carneros de San Luis, el pasado 9 de noviembre en la décima semana de actividad de la temporada 2014 de la NFL.
Palmer tuvo actividad durante toda la práctica de hoy, lanzando pases de todas las distancias a su cuerpo entero de receptores, y en este sentido se dijo ansioso por saber quiénes serán sus compañeros en la ofensiva titular.
“Quieres a todos tus muchachos allá afuera. Sé que ya quiero a mis cinco linieros titulares y a mis dos receptores titulares. Nunca quieres ver a los muchachos en las laterales”, declaró.
No obstante, el egresado de la Universidad del Sur de California se mostró consciente de que todavía no está recuperado al cien por ciento.
“Desafortunadamente no podré hacer todo cuando empiecen las actividades organizadas del equipo, pero podré hacerlo casi todo. Es importante participar en ello porque me gusta”, aseguró.
Sobre el avance en su recuperación, dijo que se encuentra en la etapa de recuperar su mecánica de lanzamiento pues, explicó, cuando un pasador tiene que dejar de jugar, al volver tiene que empezar de cero con cosas como su trabajo de pies y su equilibrio.
“Todas esas pequeñas cosas todavía pasan por mi cabeza cada dos repeticiones. Estoy luchando por llegar al punto en que simplemente ya no tienes que pensar en ello, que se vuelva natural. Reinculcar todas esas pequeños movimientos mecánicos es algo que toma repetición tras repetición”, señaló.
Admitió que es un proceso largo pero es algo que no le pesa ya que “me gusta el trabajo, me gusta el sentimiento que tengo cuando regreso a casa” de saber que trabajó hasta el límite de su capacidad.